Debido a esto, un grupo de biólogos marinos creen que los patrones descubiertos corresponden a organismos gigantescos. Sin embargo, ningún animal marino parece corresponder con el registro hallado.
Como el equipo de Leigh Marsh del National Oceanography Centre de la University of Southampton informó recientemente en la revista Royal Society Open Science, las impresiones se encuentran en la Pacific Clarion-Clipperton, una zona ubicada entre México y Hawai, según informa grenswissenschaft-aktuell.
El robot de buceo exploratorio se encontró con más de 3.500 de las impresiones en el suelo, que poseen aproximadamente 2.5 metros de largo y aproximadamente 13 centímetros de profundidad.
Las imágenes del sonar muestran que estas impresiones tampoco se distribuyen de forma aleatoria y forman trazas ligeramente curvadas. Aunque las impresiones parecen ser de diferentes edades, parecen ser rastros de épocas más recientes.
Si bien no se conoce ningún proceso geológico que pueda explicar estas huellas, los investigadores sospechan que son las huellas dejadas por un organismo.
El problema: las huellas en el sedimento de arcilla se pueden encontrar a una profundidad de alrededor de 4.000 metros y, por lo tanto, en una zona en la que no debe haber criaturas vivas que puedan dejar huellas tan grandes.
Como la única explicación conocida, Marsh y sus colegas especulan sobre los zifios (Ziphiidae) o los cachalotes, que podrían cavar las muescas en el suelo con sus aletas. De hecho, rastros similares, causados por las ballenas jorobadas, se han encontrado en la parte inferior de las áreas poco profundas de la plataforma
Los científicos ahora tratarán de buscar más evidencia directa que pueda responder qué causó estas misteriosas huellas en el fondo marino.
El estudio científico ha sido publicado en Royal Society Open Science.
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