Un equipo de científicos de la Universidad de Oregón (EE.UU.) han revlado los posibles puntos de peligro de Cascadia, una falla que posee una longitud de más de 1.100 kilómetros, y que se extiende desde la isla canadiense de Vancouver hasta el norte de California.
Cascadia, que se encuentra en la zona de subducción de la placa de Juan de Fuca y la placa Norteamericana, es sísmicamente bastante silenciosa, en comparación con otras zonas de subducción, pero no está completamente inactiva, dice el texto, publicado en la revista Geophysical Research Letters, titulado ‘La astenosfera flotante debajo de Cascadia influye en la segmentación de Megathrust’ [término usado para definir poderosos cambios en la superficie terrestre].
El documento –firmado por Miles Bodmer, Doug Toomey y Emilie Hooft, de la Universidad de Oregón, con la colaboración de Brandon Schmandt, profesor de la Universidad de Nuevo México– señala que el último megaterremoto que hubo en Cascadia fue en 1700, con una magnitud de 9.0. Los investigadores indican que estamos dentro del margen de aproximadamente 300 a 500 años durante el cual puede ocurrir otro gran evento en esta falla.
Anomalías
La investigación, que se realizó durante cuatro años y recogió datos con 268 sismómetros en el fondo del océano y en tierra, identificó dos regiones anómalas debajo de la falla donde las ondas sísmicas viajan más lento de lo esperado.
Esas anomalías son de alrededor de 150 kilómetros de diámetro y aparecen debajo de las secciones norte y sur de la falla; es decir, en lugares como Portland y Seattle, así como al norte de California.
Estas regiones no tienen el mismo comportamiento que la falla completa. Hay tres segmentos que tienen sus propias características geológicas distintas. Los segmentos norte y sur han aumentado el bloqueo y el aumento de las densidades de temblor”.
El bloqueo —explicó— se refiere a la fuerza con que se adhieren dos placas, «si están pegados juntos, como es el caso aquí [con Cascadia junto a las placas Juan de Fuca y la Norteamericana], están acumulando estrés y tiene el potencial para la liberación de ese estrés o energía generando grandes terremotos».
«Los sistemas de subducción, donde una placa tectónica se desliza sobre otra, son capaces de producir los terremotos más grandes conocidos en el mundo», añade Bodmer, en un artículo que publicó junto a Toomey en el portal The Conversation.
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