Cuando uno piensa en fantasmas y espíritus, lo primero que le viene a la mente son imágenes de viejas casas derruidas, edificios abandonados y siniestros bosques. Sin embargo, parece que los fenómenos fantasmales no se limitan simplemente a lugares embrujados. A veces, nos enteramos de casos llegados desde los rincones más remotos del mundo que no coinciden con las ideas tradicionales de fantasmas, y uno de esos lugares es sin duda el Himalaya.
El Himalaya es una de las cordilleras más conocidas del mundo. Ubicado en el subcontinente indio, el Himalaya alberga nueve de las diez montañas más altas del mundo, incluido el monte Everest y el K2. Y aunque es cierto que este lugar está asociado a ciertos misterios como el Yeti, no es un lugar típicamente vinculado con los fantasmas. Pero no debería sorprendernos que un lugar con valles nevados y cumbres altísimas esté arraigado firmemente al folclore y la mitología de los pueblos locales. De hecho, los sherpas nativos ven el sistema de los Himalayas como el reino de numerosos espíritus, dioses y fantasmas. Los sherpas creen que cualquiera que muera en las montañas sin un entierro adecuado está condenado a vagar por siempre como espíritus inquietos.
Entonces, si los sherpas tienen razón habrá muchos espíritus inquietos ya que los Himalayas ha sido durante mucho tiempo un imán para los aventureros, atrayendo a aquellas valientes almas que intentarían conquistar este lugar salvaje. Desafortunadamente, muchos de los que se adentran en estas gélidas extensiones nunca vuelven para contar la historia. Cientos de personas han muerto tratando de escalar montañas como el Everest. En la mayoría de los casos, las duras condiciones climáticas han hecho imposible recuperar los cuerpos. Por lo que aquellos que mueren aquí están condenados para siempre a formar parte de las montañas. No es raro que los escaladores encuentren un cadáver congelado olvidado mientras escalan la cima, especialmente en la cordillera noreste del Everest. La ropa brillante que adorna estos cadáveres ha hecho que este cementerio macabro y de gran altura sea apodado “Rainbow Valley (el valle del arcoíris)”. Y cuando los sherpas se encuentran tales cadáveres suelen realizar rituales en un intento de dar consuelo y luz a sus almas perdidas.
Teniendo en cuenta todo esto, lo que muchas personas desconocen es que hay innumerables casos de exploradores y aventureros que experimentaron fenómenos decididamente sobrenaturales. Un tipo común de actividad fantasmal en los Himalayas es la de encontrarse con figuras oscuras que deambulan por el paisaje hostil. Una de esas historias ocurrió en 2004, cuando un sherpa llamado Pemba Dorji había estado con una expedición que ascendía al monte Everest. Afirmó que cuando se estaba acercando hacia la cima, se encontró con un grupo de cadáveres dispersos en la nieve, con uno de ellos aun colgando de una cuerda sujeta a la pared de la roca. Mientras se acercaba a los cuerpos, el sherpa explicó que de repente lo rodeó un grupo de figuras oscuras, que se le acercaron con los brazos extendidos y suplicándole comida. No se quedó el tiempo suficiente para interactuar con los fantasmas, pero dijo que creía que eran los espíritus de los escaladores muertos que había encontrado.
El misterioso escalador
Estos presuntos espíritus no suelen describirse como especialmente malévolos, de hecho, suelen pedir ayuda e incluso han llegado a actuar como guías para los perdidos, advirtiendo a los escaladores sobre peligros inminentes o ayudándolos en situaciones difíciles. En un caso ocurrido en 1975, dos miembros de una expedición británica llamados Dougal Haston y Doug Scott afirmaron que en un punto durante su viaje se quedaron sin provisiones y atrapados justo debajo de la cima del Everest con un clima extremo. Temiendo por sus vidas, cavaron un hoyo de nieve y esperaron lo peor. Mientras se escondían en lo más profundo de la nieve, muriéndose de frío y de hambre, afirmaron que de repente apareció un misterioso tercer escalador, y que esta presencia les dio consejos y los explicó como sobrevivir a través de su propia experiencia.
Se dice que otro fantasma de los Himalayas es el espíritu de “Baba” Harbhajan Singh, un oficial del regimiento Punjab asignado en el Paso Nathula, cerca de la frontera sino-india en 1966. El 4 de octubre de 1968, Singh se resbaló y cayó en un arroyo mientras escoltaba a unas mulas que llevaban provisiones a un puesto remoto. Después de días de búsqueda, el ejercito indio lo dio por muerto. Poco después de que se cancelara la búsqueda, supuestamente uno de los soldados de su unidad tuvo un sueño vívido en el que Singh apareció y le decía que estaba muerto, e incluso le llegó a explicar con todo detalle dónde podía encontrar su cuerpo. Singh también le dijo que patrullaría el área para siempre.
El soldado pensó que solamente se trataba de un simple sueño, pero cambió de opinión cuando escuchó el relato de otro soldado de la unidad que había tenido exactamente el mismo sueño, con la misma revelación de donde estaba el cuerpo desaparecido. Después de esto, se decidió organizar una nueva búsqueda para investigar la zona donde se encontraba el cadáver de Singh. Y efectivamente, el cadáver fue encontrado exactamente donde él había dicho que estaría. Consecuentemente, “Baba” Harbhajan Singh recibió un funeral apropiado con honores militares. Pero aquí no acaba la historia, ya que, en los días siguientes, hubo numerosos avistamientos de un soldado solitario y misterioso a caballo que deambulaba por la zona, que era visto frecuentemente por soldados a ambos lados de la frontera. Se decía que este “jinete fantasma” era el espíritu de Singh, que supuestamente aparecía de la nada, que podía atravesar objetos o viajar a velocidades sobrehumanas. También continuó con su hábito de aparecer en sueños, donde daba consejos militares y señalaba áreas remotas que habían quedado desprotegidas y podían ser atacadas por los chinos, y todas demostraron ser increíblemente precisas.
La leyenda del soldado fantasma Singh creció hasta que fue honrado y respetado hasta el punto de que se erigió un santuario para él, que consistía en un complejo de tres habitaciones, con una cama y mostrando su uniforme a los visitantes. Los responsables del santuario aseguran que en muchas ocasiones las sábanas de las camas aparecen arrugadas, como si alguien hubiera dormido en ella, o que el uniforme aparece arrugado misteriosamente y las botas con barro, como si alguien las hubiera utilizado.
La experiencia del alpinista británico Frank Smythe
Un encuentro muy extraño en el Himalaya fue informado en la década de 1930 por el escalador británico Frank Smythe. En uno de sus varios intentos de escalar el monte Everest, Smythe afirmó que había encontrado una “presencia fantasmal”. En ese momento, el escalador no sintió que el espíritu era malévolo, e incluso le ofreció comida.
Pero no todos los encuentros con fantasmas en el Himalaya son benévolos. En 2013, un escritor de la BBC durante un viaje de investigación explicó que un habitante de la comunidad Himalaya de Bemni llamado Mohan Singh le contó una historia muy extraña. Afirmó que un día estaba en el bosque cortando leña cuando una extraña persona apareció de la nada y le preguntó enfadado por qué estaba cortando los árboles. Dijo que en ese momento el cielo se volvió negro repentinamente y la extraña persona le agarró violentamente su camisa. Lo que ocurrió después fue que los dedos de esa persona atravesaron el cuerpo de Singh, como si fueran inmateriales. Ambos comenzaron a pelear, y durante el altercado Singh dijo que el hombre enigmático cambió de tamaño, hasta más de dos metros y medio de altura.
Una historia particularmente inquietante es la de la escaladora y montañista polaca Wanda Rutkiewicz, quien en 1986 se convirtió en la primera mujer en escalar con éxito el K2. Tristemente, ella murió en 1992 tratando de escalar el Kanchenjunga, la tercera montaña más alta del mundo. La parte realmente aterradora de la historia viene después de la muerte de Rutkiewicz, cuando supuestamente su amiga Ewa Matuszewska recibió una llamada a altas horas de la noche. Cuando contestó el teléfono, pudo escuchar la voz de Rutkiewicz. Como la escaladora en esos momentos estaba considerada desaparecida, Matuszewska pensó que había conseguido sobrevivir y le preguntó dónde estaba. Rutkiewicz supuestamente respondió que tenía mucho frío, pero le dijo a su amiga que no llorara, y que todo estaría bien. Cuando Matuszewska preguntó por qué no podía regresar, Rutkiewicz supuestamente respondió simplemente “No puedo ahora”, después de lo cual el teléfono se apagó. Sería la última vez que alguien escucharía a la escaladora. La parte más extraña de la historia es que la llamada se produjo después de su muerte.
Similarmente extraño es el caso de la escaladora británica Julie Tullis, otra famosa alpinista que murió en 1986 cuando intentaba conquistar la cumbre del K2, una de las muchas muertes que habían ocurrido en la montaña hasta esos momentos. Tullis había sufrido una severa congelación sumado a una lesión provocada por una caída, lo que hizo que muriera cerca del Campamento IV. Su cuerpo, así como los de otros escaladores que también murieron en la desafortunada expedición, nunca se recuperaron. En 1992, los montañeros Thor Kieser y Scott Fisher afirmaron que habían estado relajándose en el campamento base cuando fueron sacudidos por una transmisión repentina y muy ruidosa en su radio, que supuestamente era la voz de una mujer británica que dijo “Campamento IV a campamento base. ¿Has recibido? Corto.” Esto fue realmente aterrador, ya que no había nadie más en el área en ese momento.
Los escépticos han señalado que los encuentros con escaladores fantasmas y otras entidades en el Himalaya pueden explicarse por los efectos de las duras condiciones y la gran altitud en el cerebro. En tales condiciones, una combinación de cansancio, frío y hambre, bajos niveles de oxígeno y el llamado “mal de altura” puede causar un deterioro de la función mental, pérdida de coordinación, poca capacidad de memoria y, de hecho, alucinaciones. También hay un fenómeno llamado “síndrome del tercer hombre” en el que el cerebro crea la ilusión de una presencia fantasmal bajo condiciones de estrés físico y mental extremo.
¿Pueden estas historias ser descartadas como meras alucinaciones o hay algo más que no se puede explicar? Es posible que nunca lo sepamos realmente. Por lo que cada uno piense lo que quiera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.