Un equipo de científicos ha sugerido que las rocas del espacio pueden ser responsables de las rocas más antiguas de la Tierra.
Eso es lo indica una nueva investigación publicada el día 13 de agosto, y que argumenta que el bombardeo de meteoritos es la forma más probable de explicar las condiciones de temperatura y presión bajo las cuales se formaron las rocas canadienses de 4.02 billones de años.
Tim Johnson, geólogo de la Curtin University en Perth, Australia y autor principal del estudio, dijo en un comunicado:
Creemos que estas rocas pueden ser los únicos restos sobrevivientes de un aluvión de impactos extraterrestres que caracterizaron los primeros 600 millones de años de la historia de la Tierra”.
El equipo de investigadores estudió un tipo de roca llamada «Idiwhaa gneiss», que tiene más de 4 mil millones de años de antigüedad, se encuentra en el noroeste de Canadá y es la franja más grande de rocas en la Tierra. Aunque los científicos han identificado algunos granos de rocas aún más antiguas , esos granos son tan pequeños que son prácticamente microscópicos.
Específicamente, el equipo analizó la composición química de esas rocas y modeló con qué condiciones podrían haberse formado rocas con esa receta. La combinación mágica parecía ser temperaturas de hasta 1.650 grados Fahrenheit (900 grados Celsius) junto con bajas presiones.
Esa es una combinación difícil de encontrar en circunstancias normales, dijeron los investigadores. Por lo general, las temperaturas más calientes requieren viajar más profundamente en la tierra, pero las presiones allí son más altas. El equipo descubrió, sin embargo, que los meteoritos podrían resolver ese enigma.
Esto se debe a que cuando los meteoritos eran comunes, en los primeros días de la Tierra, los impactos podían elevar las temperaturas lo suficiente como para derretir rocas en la parte superior de la corteza, solo los primeras 3 kilómetros sin que las rocas experimentaran altas presiones .
La mayoría de las rocas producidas durante ese tiempo han vuelto al interior de la Tierra a través de la tectónica de placas, derritiendo sus características identificables. Pero las rocas de Idiwhaa permanecen, donde fueron nombradas por la gente local de Tlicho mucho antes de que los científicos las analizaran.
El estudio científico ha sido publicado en la revista Nature Geoscience.
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