El mes pasado un meteorito explotó con 2.1 kilotones de fuerza sobre una base de la Fuerza Aérea de EE.UU. en Groenlandia sin que se informe al público. La noticia llegó a los medios luego de que un científico la publicara en Twitter.
El 1 de agosto, Hans Kristensen, director del Nuclear Information Project para la Federation of American Scientists, tuiteó un mensaje comunicando que un «Meteoro explotó con 2.1 kilotones de fuerza a 43 kilómetros del radar de alerta temprana de misiles en la Base Aérea de Thule».
El mensaje en Twitter también decía:
Todavía estamos aquí, así que concluyeron correctamente que no fue un primer ataque ruso. Hay casi 2.000 bombas nucleares en alerta, listas para su lanzamiento”.
Se ha podido determinar que la información fue compartida originalmente en Internet por un usuario de Twitter «Rocket Ron», un «Space Explorer en el Jet Propulsion Laboratory de la NASA» usando el identificador @RonBaalke. Este tweet fue luego retuiteado por Kristensen, haciéndose público en los medios.
Baalke informó que la bola de fuego fue detectada por primera vez el 25 de julio, moviéndose a aproximadamente 24.4 kilómetros por segundo y pasando a 43 kilómetros por encima del radar de advertencia temprana de misiles de la base aérea de Thule en Groenlandia el día 25 de julio de 2018.'
De acuerdo a la Fuerza Aérea, ellos no han publicado un informe oficial del incidente, pero han reconocido que existieron impactos en la base aérea. Según Kristensen, es muy preocupante que la NASA no se haya pronunciado acerca de este incidente, especialmente cuando la misión de la base militar es «brindar operaciones de advertencia de misiles» mientras realiza coordinaciones con el «control general del espacio».
La misión de la Base Aérea de Thule en Groenlandia es «proporcionar operaciones de advertencia de misiles» mientras se maneja «con el control general del espacio». Crédito: Google Maps
Un artículo en Business Insider informó:
Si el meteoro hubiera entrado en un ángulo más perpendicular, habría golpeado la tierra con una fuerza significativamente mayor”.
Sabemos que miles de meteoros entran a la atmósfera de nuestro planeta todos los años, aunque la mayoría son muy pequeños y pasan desapercibidos, sin embargo la NASA ha catalogado objetos mucho más grandes desde hace varias décadas. Muchos de los impactos se producen en los océanos o en lugares remotos donde no hay personas que los reporten, pero hay excepciones, como la que ocurrió en Chelyabinsk, Rusia en febrero de 2013.
NASA ha venido monitoreando este tipo de objetos desde hace un tiempo atrás. Hace poco se lanzó un proyecto de NASA en conjunto con otros organismos para detectar las rocas espaciales que puedan representar un grave riesgo.
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