Uno de los eventos más importantes para la especie humana será la detección de vida inteligente en otras partes del universo. Este tipo de “contacto” tendrá un profundo impacto en la cultura, la sociedad y la tecnología humana. La cuestión de cómo gestionar tal evento ha sido ampliamente discutida por los científicos. De hecho, la comunidad científica internacional acordó un “Protocolo de detección” en 1990, el cual establecía los pasos que un grupo de investigación debería tomar en caso de un contacto.
Pero no todos los científicos están del todo de acuerdo con este tipo de investigaciones ya que algunos creen que los mensajes enviados por extraterrestres desde el espacio podrían destruir la vida tal como la conocemos en la Tierra si no tenemos cuidado con la forma en que los leemos. Un estudio publicado en arXiv.org a principios de año exploraba cómo podemos leer y entender un mensaje procedente el espacio, y descubrió que sería imposible saber que un mensaje era peligroso antes de abrirlo. De hecho, los científicos advirtieron que los mensajes son tan peligrosos que sería más seguro simplemente descartarlos sin leerlos nunca.
Pero a pesar de las advertencias científicas, continúa la búsqueda de inteligencia extraterrestre. Ahora, un radiotelescopio canadiense ha detectado lo que parece ser una extraña señal que proviene del espacio profundo.
Una nueva seña procedente de otros mundos
El radiotelescopio canadiense CHIME, en ingles Canadian Hydrogen Intensity Mapping Experiment (Experimento Canadiense de Mapeo por Intensidad de Hidrógeno), ha estado rastreando señales de origen extraterrestre durante una semana y el pasado 25 de julio detectó una misteriosa señal de radio procedente del espacio profundo en frecuencias inferiores a los 700 MHZ.
El CHIME, ubicado en la Columbia Británica, recibió la señal ahora denominada FRB 180725A. Las extrañas ráfagas rápidas de radio (FRB por sus siglas en inglés) son emisiones de radio de milisegundos. Hace apenas una década que se rastrean las FRB y el CHIME se creó exclusivamente para captar esas señales del espacio profundo a partir de fuentes como explosiones de magnetoestrellas, agujeros negros y, por supuesto, civilizaciones extraterrestres muy avanzadas.
El CHIME detectó el FRB 180725A, seguido de señales de radio a frecuencias mucho más bajas a 400 kHz, que se confirmó que no se originaron en ningún lugar de la Tierra, por lo que su origen debía ser algún lugar indeterminado del universo. Los científicos también creen que lo que produjo la señal podría ser una civilización extraterrestre extremadamente poderosa.
Los investigadores del radiotelescopio canadiense CHIME dicen que cada vez que se recibe un FRB, ayudan a comprender el misterio de su origen.
“Estos eventos se han producido durante el día y la noche, y sus tiempos de llegada no están correlacionados con actividades conocidas in situ u otras fuentes conocidas”, dijo Patrick Boyle, autor del informe publicado en The Astronomer’s Telegram y gerente de proyectos de CHIME.
Por su parte, el físico Paul Scholz explicó que los FRB también actúan como mensajeros en todo el universo.
“Debido a que se propagan a través de una gran porción del universo, puedes aprender sobre el material que está entre las galaxias usando estos eventos”, explicó Scholz. “Básicamente, como una pequeña sonda que pasa [a través] del material entre nosotros y su fuente.”
El primer FRB fue informado por Duncan Lorimer y David Narkevic en 2007, que se cree que su origen es definitivamente extragaláctico. Desde entonces, muchos de esos FRB se han registrado con su origen generalmente fuera de la Vía Láctea. El último registrado fue en marzo por el radiotelescopio Parkes de Australia.
Sin embargo, junto con este nuevo descubrimiento son muchos los científicos que advierten sobre el peligro de detectar señales de origen extraterrestre. Es más, estas señales podrían ser una especie de caballo de Troya. Y la verdad es que hay formas sencillas en que un mensaje del espacio podría amenazar nuestro mundo. Podría sugerir que los alienígenas están a punto de destruir nuestro sol, y probablemente causen caos incluso si el mensaje no era cierto, o podrían destruir lentamente la vida en la Tierra, tal como nos dice el Apocalipsis bíblico.
Pero otras tecnologías ofrecen formas aún más avanzadas de destruir nuestro planeta. Podría venir en la forma de un virus informático que infectara las redes en la Tierra cuando descifráramos el mensaje, o una inteligencia artificial que luego podría hacerse con el control de nuestros sistemas informáticos. De nuevo, el afán científico por hacer nuevos descubrimientos podría llevarnos a la extinción, y además de la peor forma posible: procedente de otros mundos.
¿Piensas que los científicos deberían de dejar de buscar señales extraterrestres? ¿O estás de acuerdo en que continúen buscando la forma de contactar con civilizaciones mas avanzadas que la nuestra?
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