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jueves, 18 de diciembre de 2014

¿Cuál es el origen de los misteriosos y estruendosos “cielomotos”?

Hace alrededor de dos semanas, residentes de Nueva York, Estados Unidos, reportaron escuchar un gran estruendo que hizo temblar los vidrios de las ventanas.

No pasó mucho tiempo para que comenzaran a circular hashtags alarmistas, como #omgwereallgoingtodie (lo que traducido al español significa: Dios mío, vamos a morir todos) en las redes sociales como Twitter. Pero realmente no hay razones para el pánico. Esta clase de ruidos se han reportado durante siglos en todo el mundo.
En italiano se les llama “brontidi”, en Bangladesh son “armas Barisal”, en EE.UU., depende de la zona, “skyquakes”, algo así como “cielomotos”, terremotos del cielo, “ruidos Moodus” o “armas Séneca”.
El escritor estadounidense Washington Irving incluso escribió una historia sobre los estruendos misteriosos en la que los atribuía a unos fantasmas que jugaban a los bolos en las montañas. ¿Pero qué los causa?

Explicaciones
Hay muchas explicaciones potenciales, según David Hill, científico del Servicio Geológico de Estados Unidos. En las regiones costeras, por ejemplo, se suelen escuchar cuando las olas golpean con fuerza contra los acantilados.
En esa línea, que los surfistas de olas grandes reporten estruendos de ese estilo en EE.UU. es aparentemente común. Incluso hay quien ha reportado retumbos que acompañan a los tsunamis, además de misteriosas bolas de fuego.
Por eso, Hill sugiere que en ambos casos los potentes ruidos se pueden deber al metano que liberan unos cristales del fondo del océano. Con la combustión, este gas podría producir un gran estruendo.

Terremotos
cielomotos ¿Cuál es el origen de los misteriosos y estruendosos cielomotos?
¿Que parece improbable? Pues más asombrosa es la posibilidad de que las dunas retumben como el despertar de un gigante.

“Bajo las circunstancias adecuadas, estas colinas de arena que se desplazan con el viento son capaces de producir una gran variedad de ruidos, desde una especie de susurro, silbido o tarareo, hasta, con menos frecuencia, estruendos”, explica Hill. “Aunque aún no sabemos explicar cómo se producen”.
Sin embargo, el científico sospecha que la mayoría de las veces se deben a los terremotos. Y habla desde la experiencia. En las montañas Mammoth, en California, se encontró rodeado de un estruendo sordo; se sentía aunque no temblara. Y con sus instrumentos descubrió la evidencia de un temblor a menos de cuatro kilómetros bajo la superficie.
Mientras que el oído humano no alcanza a percibir el sonido generado por un temblor a una mayor profundidad, el estadounidense calcula que se puede escuchar el agrietamiento del suelo producido por uno cercano a la superficie.


Teoría de la conspiración
 ¿Cuál es el origen de los misteriosos y estruendosos cielomotos?
Aunque también existen explicaciones más exóticas. Y algunas implican conspiraciones del gobierno. El diario británico Daily Mail hace referencia a unos ingenieros que aseguran que los estruendos escuchados en Reino Unido y EE.UU. se parecen al ruido producido por los aviones supersónicos, aquellos cuya velocidad es cinco veces superior a la del sonido.

Pero como señala el escritor, parece poco probable que estos aeroplanos vuelen sin ser detectados. Otros expertos han sugerido que lo más probable es que sea el sonido de un meteorito al caer.
Esta última teoría podría explicar algunos casos históricos. Como el que recoge un libro de mineralogía de 1804, en el que un cura perplejo relata lo siguiente:
“Por la presente certifico al público que, mientras estaba en Yorkshire cerca de los terrenos del capitán Topham, escuché ruidos como de cañones en la distancia, y al mismo tiempo sentí dos conmociones que sacudieron los edificios y la iglesia próximos al lugar en el que me encontraba (…). Poco tiempo después se me informó de que una piedra había caído a unos 200 yardas de donde estaba yo”.


Otras explicaciones
Se podría pensar que es improbable perderse el destello de un meteorito, pero no es imposible. Así lo explica Hill:
“Debido al tiempo que requiere que una onda de choque llegue a la superficie de la Tierra desde la atmósfera, por lo general para cuando se escucha su estruendo el rastro visible del meteorito ya se ha desvanecido”.
Sin embargo, y hasta el momento, ninguna de estas teorías ofrece una explicación definitiva a los potentes y misteriosos ruidos que de vez en cuando se escuchan en algún rincón del mundo.
Y no podemos descartar la posibilidad de que los primeros informes hablen de fenómenos fácilmente explicables, como fuegos artificiales, aviones, tornados y que hayan sido después amplificados por la vívida imaginación de los usuarios en la caja de resonancia que es Twitter.
Al fin y al cabo, puede que el relato sobre los fantasmas jugando a los bolos de Washington Irving no sea el más fantástico de los cuentos que podemos evocar a partir de los chismes y los rumores.

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