La deformación es causada por la extracción de agua subterránea, lo que provoca que algunas zonas de esta metrópolis se hundan hasta 2,5 centímetros por mes. El proyecto multisatélite Sentinel de la ESA incluye satélites de radar y de imágenes superespectrales para la vigilancia terrestre.
“La deformación es causada por la extracción de agua subterránea, con un hundimiento de hasta 2,5 cm / mes en algunas zonas de la ciudad”, señaló ESA en diciembre. Esto podría significar más de 30 centímetros anuales.
Luego de escanear la región entre el 3 de octubre y el 2 de diciembre de 2014, los técnicos combinaron los datos para crear la imagen de la deformación del terreno, que se observa en la foto central.
Estos resultados preliminares fueron presentados en el Taller InSARap en el centro de observación de la Tierra de ESA, en diciembre de 2014. InSARap es un proyecto en el marco del programa Científico de Explotación de Misiones Operativas (SEOM).
Un estudio de Juan Manuel Lesser y Miguel Ángel Cortés presentado en 1998 por el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua IMTA destacó a esa fecha que “la subsidencia del terreno en la mayor parte de la CM varía de 5 a 10 cm anuales y existen zonas locales con hasta 35 cm/año en el área de Xochimilco”.
El hundimiento se atribuía a la extracción de unos 40 metros por segundo de agua del acuífero que se encuentra bajo la propia ciudad.
“La extracción de agua subterránea causa el abatimiento de la superficie piezométrica y produce subsidencia del terreno por la consolidación de las arcillas superficiales”, destacaron Lesse y Cortés.
La subsidencia acumulada entre 1891 y 1995 alcanzó máximos de 8 a 10 metros en la parte central de la ciudad; y la mayor parte de este asentamiento fue generado entre 1940 y 1960, aclaró el informe.
Luego que la explotación de agua subterránea disminuyó en el centro de la ciudad de México, explicó que “a partir de 1960 el ritmo de la subsidencia se redujo”, pero al mismo tiempo esto significó que se explotó más agua en la parte sur, y ahí se incrementó el hundimiento.
A fin de “evitar inundaciones que, por el hundimiento del terreno, podrían ser más severas cada año”, el informe de IMTA informó que se desarrollaron programas de rehabilitación del sistema de drenaje en los sitios más afectados.
Sin embargo, para detener el hundimiento del territorio, “falta mucho por hacer” aseguró en septiembre de 2013 el profesor Gabriel Yves Armand Auvinet Guichard, de Mecánica de Suelos en la Facultad de Ingeniería de la Universidad Autónoma de México, UNAM, según el medio Obras.
Auvinet dijo que la solución no es clara, pero que una de las propuestas es inyectar las capas intermedias del subsuelo donde el material de arcilla ya está solidificado, lo que permitirá dar mayor soporte al terreno.
“La inmersión (del agua) debe hacerse a más de 30 metros de profundidad, al menos en zonas limitadas como el Centro Histórico donde están los monumentos, si no se logra detener el hundimiento, por lo menos se busca frenarlo”, comentó Auvinet Guichard, según Obras.
Otra opción que dio el académico es “dejar de extraer agua de los pozos de la ciudad, medida que se llevó a cabo en la ciudad de Bangkok en Tailandia, donde el riesgo de inundación es mucho más grande por su cercanía con el mar, sin embargo en el Valle de México la gran demanda de líquido y su escasez no permite considerar esta opción”, concluyó, según Obras.
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