Mientras el mundo se agita por las amenazas yihadistas, la brutalidad policial y la tensión en la arena política, los habitantes de una pequeña aldea kazaja buscan la solución para una epidemia misteriosa que les hace dormir durante varios días seguidos.
De acuerdo con el enfermero de la ambulancia local, uno de estos casos de sueño prolongado inexplicable se produjo este septiembre, cuando ocho niños se quedaron dormidos el primer día de clase. Anteriormente, 20 personas se desmayaron y durmieron durante varios días y al menos 60 aldeanos se durmieron a la vez en el invierno de 2013.
Los afectados también han descrito más síntomas de la enfermedad, como alucinaciones, pérdida de memoria, mareos y náuseas.
Muchos expertos creen que el sueño extremo es causado por el viento que sopla desde una mina de uranio cerrada hace más de dos décadas cercana a Kalachi. Sin embargo, ni los habitantes ni los médicos culpan la radiación de esta anomalía del sueño. “La gente trabajó en las minas durante muchos años y nadie se quedaba dormido”, afirman antiguos mineros.
Mientras que los niveles de radiación en la aldea y en la mina más cercana corresponden a la norma de 16 ‘microroentgen’ por hora, la tasa de radiación medida por el equipo de RTD en una zona abandonada alejada del antiguo lugar de extracción mostró el alarmante índice de 268 ‘microroentgen’. Sin embargo, todavía no está claro si este resultado está relacionado con la misteriosa enfermedad del sueño. Mientras tanto, un análisis independiente del agua, el suelo y muestras de vegetación de Kalachi no detectó ninguna anormalidad.
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