Millones de estadounidenses se enfrentan a un potencial corte catastrófico de energía eléctrica si se produce una tormenta solar a gran escala, de acuerdo con documentos del Departamento de Seguridad Nacional del país.
“El análisis de los impactos del clima espacial indica que el mayor reto sería proporcionar medios de salvamento y recursos para mantener la vida de un gran número de personas que sufrirían el corte de energía a largo plazo debido a los daños causados a la red eléctrica de EE.UU.”, reza un documento de la Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés), citado por el portal ‘The Washington Free Beacon’.
La Agencia Federal de Gestión de Emergencias hace mención en su documento a un informe realizado en 2012 donde FEMA presentó su plan de respuesta para los casos graves de “clima espacial” donde señalan el impacto real del daño de una futura tormenta solar.
“Un análisis de los impactos del clima espacial indica que el mayor reto será proporcionar medios de salvamento y recursos para mantener la vida de un gran número de personas que sufrirán cortes de energía debido a los daños en la red eléctrica de Estados Unidos”, dijo FEMA en su documento escrito el 1 de marzo de 2012.
A su vez, haciendo referencia a las conclusiones de un estudio realizado en 2010 por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, la FEMA advierte que una tormenta solar extrema podría dejar a “130 millones de personas sin electricidad por años” y destruir o dañar más de 300 transformadores de redes eléctricas difíciles de reemplazar.
Tormentas solares de este tipo no ocurren con mucha frecuencia. Dos importantes tormentas solares se produjeron en 1859 y 1921, aunque en aquellos años el uso de la electricidad era mucho menos vital que hoy en día.
El informe describe como una “eyección de masa coronal” es detectado por los satélites estadounidenses. La banda magnética llegaría a la Tierra entre 24 a 72 horas, afectando a 100 millones de personas. Las tormentas solares durarían desde horas hasta un día, pero podrían interrumpir las operaciones de la red de energía eléctrica, los satélites GPS, operaciones de aeronaves, los vuelos espaciales tripulados, las operaciones de satélites, redes de distribución de gas natural, y cables de comunicaciones submarinos. Además los satélites GPS podrían ser desconectados para que no faciliten información errónea de su posicionamiento.
“El evento geomagnético extremo causaría cortes de energía generalizados a un gran número de personas (aproximadamente 100 millones de personas) debido a las corrientes geomagnéticas inducidas que dañaran transformadores, especialmente a lo largo de las regiones costeras “, dice el informe.
Las pérdidas de energía pueden causar fallos en espiral que podría llevar a la pérdida de los sistemas que controlan los sistemas de agua y aguas residuales, alimentos perecederos y medicamentos, iluminación y aire acondicionado, ordenadores, teléfono y sistemas de comunicaciones, transporte público, y la distribución de combustibles.
Después de la tormenta magnética pasarán unas 36 horas, la alimentación se reiniciará y pasadas 36 horas, 65 millones recuperarán la energía eléctrica.
Dos semanas después los equipos serán reemplazados o reparados, regresando la normalidad a la Tierra. Sin embargo, el informe indica que se tardaría hasta dos meses para reparar o reemplazar los equipos de energía eléctrica dañados para los otros 10 millones de personas en Estados Unidos
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