El astro errante podría desestabilizar el delicado equilibrio de la Nube de Oort y lanzar una auténtica lluvia de rocas
Un equipo de investigadores del Instituto Max Planck de Astronomía en Heilderberg ha calculado, por primera vez, el efecto que tendría el paso de una estrella errante en las cercanías del Sistema Solar y las posibles consecuencias para la Tierra. Unas consecuencias, por cierto, nada halagüeñas, ya que el astro podría desestabilizar el delicado equilibrio de la Nube de Oort y lanzar una auténtica lluvia de cometas contra nuestro planeta. El estudio se ha publicado recientemente en arXiv.org.
El bombardeo, sin embargo, no es inminente, aunque podría producirse durante el próximo cuarto de millón de años. Por ahora, la estrella más cercana a la Tierra es Próxima Centauri, una enana roja que se encuentra a unos 4 años luz de distancia. Pero todas las estrellas de la galaxia están en continuo movimiento, y en el futuro es más que probable que alguna de ellas se encuentre mucho más cerca de nuestro Sol.
Los investigadores, dirigidos por el astrónomo Coryn Bailer-Jones, consideran que ese “acercamiento” podría constituir un serio problema para la Tierra. De hecho, las fronteras exteriores de nuestro Sistema Solar están literalmente inundadas de millones de rocas heladas de todos los tamaños. Rocas que, como una nube de enormes proporciones, rodea por completo nuestro sistema planetario y que conocemos como la Nube de Oort.
Muchos de los cometas que los astrónomos observan en la actualidad proceden, en efecto, de la Nube de Oort. A menudo, las rocas de la Nube colisionan y modifican sus trayectorias. Y como consecuencia de estas “carambolas espaciales”, algunas de ellas se precipitan hacia los planetas interiores del Sistema Solar. Pero el “empujón” gravitatorio de una estrella que pasara demasiado cerca podría lanzar, literalmente, miles de estas rocas en nuestra dirección, algunas directamente contra la Tierra.
Fue por ese motivo que Coryn Bailer-Jones decidió cuantificar los riesgos y emprender una investigación durante la que se reprodujeron con exactitud los movimientos pasados y futuros de 50.000 estrellas seleccionadas. Para hacerlo, el investigador se basó en los datos de la misión Hipparcos, de la Agencia Espacial Europea, que llevó a cabo un completo escaneo del cielo en la pasada década de los noventa.
Y el resultado fue que 14 estrellas pasarán a menos de un parsec de nosotros (Un parsec equivale a 3,26 años luz) durante el próximo par de millones de años.
Entre todas ellas, la que más se acercará al Sistema Solar es la estrella Hip 85605, que tiene hasta el 90% de probabilidades de pasar extraordinariamente cerca de nosotros (a entre 0,13 y 0,65 años luz) durante el próximo cuarto de millón de años.
La siguiente futura estrella más cercana es GL 710, que también tiene un 90% de probabilidades de pasar a una distancia comprendida entre 0,32 y 1,44 años luz dentro de 1,3 millones de años.
Ambos astros, pues, estarán lo suficientemente cerca como para afectar a la Nube de Oort, que se extiende alrededor del Sistema Solar como una enorme esfera de 1,63 años luz de radio. “Creo que podemos predecir con certeza que las órbitas de los cometas se verán perturbadas por estos dos encuentros”, afirma Bailer-Jones, que actualmente está llevando a cabo un nuevo estudio para determinar con más exactitud la probabilidad de que la Tierra sufra el impacto de un cometa. La nueva investigación se basa esta vez en el reciente mapa elaborado por la Agencia Espacial Europea con los datos de la nave Gaia, mucho más precisos que los de Hipparcos.
En cualquier caso, el primer acercamiento peligroso de una estrella se producirá dentro de tanto tiempo que, en palabras de Bailer-Jones, “si alguna vez abordamos los viajes interestelres, supongo que no llevaría tanto tiempo desarrollarlos. Entonces, ¿Por qué esperar?”
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