Algunas aves han sido localizadas en áreas a 30 grados bajo cero, tras volar hacia el norte en vez de hacia el sur
La remolonería de algunas aves a la hora de emigrar puede conducir a que llegue el momento de que sea demasiado tarde para hacerlo. Temperaturas bajo cero, nieve, hielo e imposibilidad de remontar el vuelo condenan a algunas aves a la muerte si literalmente les pilla el invierno.
Según esta información, al menos cuatro flamencos han sido rescatados en los últimos días en Siberia. Uno de ellos fue recogido por unos pescadores en un lago helado en la región de Tomsk. Y es que a 30 grados bajo cero un flamenco está condenado a la muerte.
Como constatan las fotografías publicadas, alguna de las aves ha conseguido eludir la muerte al menos este invierno gracias a lugareños hospitalarios. Al menos una de las rescatadas, murió tras ser trasladada a un zoo por las secuelas de la congelación.
Algunos apuntan a que recientes frentes cálidos han engañado a las aves, que se han desorientado y han volado hacia el norte para evitar las bajas temperaturas coyunturales que acosaban por sur.
El destino de uno de los flamencos que aterrizó en Mezhdurechensk, región de Kemerovo, es desconocido. Se le vio deambulando por la orilla nevada del río Usa, pero se desplazó a una isla del río antes de que ornitólogos locales consiguiesen atraparlo.
El caso de los flamencos despistados es noticia por ser poco habitual en la zona. Alexey Vasilchenko, de la reserva Kuznetsk Alatau, aseguró a ‘The Times de Siberia’ que se han documentado alrededor de dos docenas de casos de flamencos que llegaron a Siberia en invierno en los últimos 100 años.
Generalmente las poblaciones emigran a Irán y la India en invierno. Y no solo los flamencos, se calcula que más de 5.000 aves de al menos 16 especies diferentes emigran al sur desde Siberia.
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