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miércoles, 15 de noviembre de 2017

Gracias a Internet disponemos de innumerables imágenes que muestran personas del futuro retratadas en épocas pasadas y que han servido para convencer a millones de personas de que es posible viajar en el tiempo. De personas con dispositivos tecnológicos siglos antes de ser creados, o celebridades famosas antes de nacer, estas imágenes son solo algunos de los mejores ejemplos de que hay unos pocos privilegiados que tienen la capacidad de visitar épocas pasadas, y quien sabe, incluso el futuro. Sin embargo, continúa habiendo quienes dudan de su autenticidad en ciertos casos e incluso han planteado preguntas sobre si algunos son meros engaños.
Pero aparte de la permanente controversia que genera los viajes en el tiempo, continuamos con nuevas evidencias sobre esta teoría de la conspiración que va más allá de lo que podemos entender. Esta vez una pintura del siglo XIX del artista Ferdinand Georg Waldmüller muestra a una mujer caminando por un camino, que parece tener un Smartphone en su manos.

Un smartphone en 1860
Según la revista digital Vice, Peter Russell y su amigo decidieron visitar el Neue Pinakothek, el museo de arte situado en Múnich, Alemania, cuando vieron una obra que les dejo sin palabras. La pintura en cuestión muestra una mujer caminando por un sendero, sin percatarse de que detrás de un árbol hay un joven de mejillas sonrosadas de rodillas y con una flor rosa, al parecer listo para cortejarla. Pero lo más sorprendente de todo es que la joven parece estar mirando un pequeño objeto que sostiene con ambas manos, en una escena ciertamente familiar hoy en día, “caminantes distraídos” que dominan las aceras con el teléfono en la mano.
Esta pintura se llama “La esperada (Der erwartete, 1860)”, del pintor y escritor austríaco Ferdinand Georg Waldmüller (1793-1865). Russell, un funcionario retirado del gobierno local de Glasgow, explicó a Motherboard que supo de la obra de arte el pasado verano en una conferencia de traductores. Un año después, Russell y un amigo decidieron visitar el museo Neue Pinakothek y se encontraron cara a cara con la pintura.
“Lo que más me impresiono es cuánto un cambio en la tecnología ha cambiado la interpretación de la pintura, y de alguna manera ha aprovechado todo su contexto”, dijo Russell a Motherboard.


La pintura impresionó de tal manera a Russell que incluso la compartió en respuesta a un tweet el mes pasado de la cuenta @VICE de Twitter, después de que publicaran una historia sobre una pintura de 1937 que representaba, entre otras cosas, un hombre sosteniendo algo similar a un iPhone. Para los teóricos de la conspiración y creyentes en los viajeros del tiempo no hay duda alguna, “La esperada” muestra claramente una mujer mirando un smartphone, al igual que una persona caminando por la calle escribiendo un mensaje de texto en 2017.
Incluso hay quien asegura que la cara de la mujer parece iluminada desde abajo como si fuera un resplandor de la pantalla. Es más, todo su rostro parece iluminado, su barbilla, labios y mejillas, que casi parecen más brillantes que los demás detalles de la pintura de Waldmüller, que no parecen tener tanta iluminación. Y claro está, no todo el mundo piensa que la sorprendente pintura muestra una mujer con un smartphone. Gerald Weinpolter, director ejecutivo de la agencia de arte Fine Austrian Paintings, asegura que la joven no tiene en sus manos el nuevo iPhone X, se trata de un pequeño libro de oraciones.
“La chica de esta pintura de Waldmüller no juega con su nuevo iPhone X, va a la iglesia con un pequeño libro de oraciones en sus manos”, dijo Weinpolter a Motherboard.



Russell tampoco cree que se trate de un smartphone, y explica que en 1850 o 1860 las personas habrían identificado el elemento como un himnario o libro de oraciones. Hoy en día, nadie puede dejar de ver el parecido con la escena de una adolescente absorbida en las redes sociales con su smartphone.
“El gran cambio es que en 1850 o 1860, cada persona habría identificado el elemento que porta la joven como un himnario o libro de oraciones”, dijo Russell. “Hoy en día, nadie puede dejar de ver el parecido con la escena de una adolescente absorbida en las redes sociales en su smartphone.”
Como hemos podido comprobar hay opiniones de todo tipo, desde aquellos que creen que Waldmüller era un viajero del tiempo y otros que aseguran que la joven porta en sus manos es un himnario o libro de oraciones. Pero lo que está claro es que la explicación de Russell no sirve para este caso, ya que es normal que las personas de aquella época no pudieran identificar el misterioso elemento como un smartphone… ahí lo dejamos.
¿Y tú qué piensas? ¿Estamos ante una nueva evidencia de viajeros del tiempo?

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