Durante siglos la humanidad se ha estado preguntando cómo se originó la vida en la Tierra. Hay innumerables teorías, desde las basadas en la doctrina religiosa, hasta las puramente científicas, y otras que rayan la ciencia ficción. Una posibilidad que se cierne sobre este interesante tema es la teoría de la panspermia, que sugiere que la vida en la Tierra no se originó en nuestro planeta, sino que fue transportada desde otro lugar en el universo. Si bien esta idea puede parecer sacada de una novela de ciencia ficción, algunas evidencias sugieren que nuestro origen extraterrestre puede que no sea una idea tan absurda.
Un argumento que apoya la teoría de la panspermia es la aparición de la vida poco después del intenso período de “bombardeo espacial” que sufrió la Tierra, hace entre 3 y 4 mil millones de años. Durante este período, los investigadores creen que nuestro planeta soportó una poderosa lluvias de meteoros. Algunas investigaciones sugieren que los seres vivos durante este período se habrían enfrentado a la extinción, lo que contribuiría a la idea de que la vida no se originó en la Tierra. Sin embargo, incluso con todas estas evidencias la comunidad científica continúa siendo reticente a aceptar esta teoría. Pero ahora, un cosmonauta ruso asegura haber encontrado bacterias vivas en el exterior de la Estación Espacial Internacional, y podrían ser de origen extraterrestre.
Bacterias de origen extraterrestre en la ISS
El ingeniero ruso Anton Shkaplerov ha dicho que los microorganismos no estaban en el exterior de la Estación Espacial Internacional en su lanzamiento en 1998 y que “han volado desde algún lugar del espacio”. Las bacterias han sido llevadas a la Tierra para su posterior estudio después de que las pruebas iniciales a bordo de la ISS mostraron que son inofensivas para los humanos.
Shkaplerov dijo a la agencia de noticias rusa TASS que los organismos fueron encontrados mientras que los cosmonautas tomaban muestras del revestimiento exterior de la estación espacial. Recogieron muestras de lugares donde se acumuló combustible residual y de partes “oscuras” de la estación.
“Y ahora resulta que de algún modo estos hisopos revelan bacterias que estuvieron ausentes durante el lanzamiento del módulo ISS”, dijo Shkaplerov, que hará su tercer viaje a la ISS en diciembre como parte de la tripulación de la Expedición 54. “Es decir, vinieron del espacio exterior y se establecieron a lo largo de la superficie externa. Están siendo estudiadas hasta el momento y parece que no representan ningún peligro.”
Insistió en que las misteriosas bacterias descubiertas en la estación espacial no son peligrosas para los humanos. El piloto ruso también dijo que hay microorganismos que logran llegar hasta el espacio desde la Tierra, uniéndose a la superficie del ISS. Por ejemplo, una bacteria se acopló accidentalmente a unas tablets, junto con varias herramientas que se colocaron a bordo de la ISS durante largos períodos para estudiar el comportamiento de los materiales en el espacio exterior.
Los científicos también se han encontrado que algunas bacterias sobreviven al vacío del espacio después de ser “disparadas” desde la superficie de la Tierra por la “elevación de la ionosfera”. El fenómeno se produce por las fuerzas magnéticas del planeta y los microorganismos terrestres consiguen sobrevivir en el espacio exterior a temperaturas que oscilan desde los -150º hasta los +150ºC. Estas bacterias fueron descubiertas accidentalmente durante los experimentos “Test” y “Biorisk”, en los que se instalaron almohadillas especiales en el exterior de la ISS y se dejaron allí durante varios años para determinar cómo el material se ve afectado por las condiciones en el espacio.
Sin embargo, las bacterias terrestres, de Madagascar y plancton del mar de Barents, se encontraron antes y durante el experimento “Test” el pasado mes de mayo. Incluso así, la Agencia Espacial Federal Rusa, conocida como Roscosmos, dijo que había razones para creer que los micrometeoritos y el polvo de cometas que bombardean la superficie exterior de la ISS podrían contener formas de vida microbianas que son en su totalidad de origen extraterrestre.
Tras ese descubrimiento, Roscosmos, junto con otros científicos, sugirieron elevar el límite superior de la biosfera a 400 kilómetros de la altitud, desde la altitud actual de 20 kilómetros, para que los resultados de futuras investigaciones no se vieran afectados.
Pero en este caso, la bacteria descubierta por Shkaplerov no parece provenir de la Tierra, más bien de algún lugar lejano del espacio profundo. Y como ocurre en este tipo de situaciones nos abordan numerosas preguntas que seguro quedarán sin respuesta.
¿Se trata de la evidencia definitiva de que la vida terrestre se originó en otros planetas? ¿O tal vez podríamos estar ante una invasión extraterrestre, en la cual las misteriosas bacterias tomarían el control de las personas, destruyendo así la vida tal como la conocemos?
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