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martes, 7 de noviembre de 2017

Estas criaturas extrañas podrían ser las primeras especies interestelares

Los tardígrados son unas de las criaturas más resistentes que se conocen en nuestro Sistema Solar, y es probable que sobrevivan a todo hasta que nuestro Sol eventualmente se expanda y se convierta en un gigante rojo. Pero ahora parece probable que estos pequeños también se conviertan en las primeras especies interestelares conocidas, ya que ellos y el humilde gusano nematodo serán los primeros pasajeros en una nave espacial para visitar nuestra próxima estrella más cercana.
Las dos criaturas son apuestas bastante seguras para el increíble viaje fuera de nuestro Sistema Solar. Los tardígrados, que también se conocen como «osos de agua», y los gusanos nematodos (Caenorhabditis elegans) son conocidos por su habilidad inusual para sobrevivir en ambientes difíciles.
Desde ser bombardeados con altos niveles de radiación hasta ser congelados en temperaturas extremadamente frías y deshidratados hasta solo un 1 por ciento de agua en peso, los osos de agua son la opción natural para un viaje tan peligroso. Los gusanos nematodos también son buenos candidatos; hemos mapeado su genoma completo, por lo que sabemos lo que hacen cada una de sus 900 células.


Los tardígrados u «osos de agua» podrían sobrevivir al vacío del espacio. Crédito: 3Dstock / Shutterstock
«Estos son pasajeros interestelares reales», dice Philip Lubin, director del programa Starlight de la Universidad de California en Santa Bárbara, que está planeando uno de esos viajes interestelares, según Space.com. «Estamos desarrollando la capacidad para probar si la vida terrestre como la conocemos, puede existir en el espacio interestelar mediante la preparación de pequeñas formas de vida como los tardígrados resistentes a la radiación… que son candidatos ideales para ser nuestros primeros viajeros interestelares.»
El equipo está trabajando actualmente en cómo poder almacenar de manera segura las pequeñas criaturas en un estado conocido como anhidrobiosis, de modo que en puntos específicos en el tiempo durante el viaje, puedan despertarse de nuevo y ser observados, antes de ser devueltos al estasis. Esperan que la misión no solo nos proporcione una mejor comprensión de cómo sobrevivir en estos viajes, sino también una idea de la capacidad de la vida en general para extenderse a través de las estrellas.
Los científicos han analizado casi a la totalidad las células de los gusanos nemátodos. Como dicen: «sabemos casi todo de ellos». Crédito: Bob Goldstein, UNC Chapel Hill

                                            

A pesar de más de 60 años de viaje espacial, solo una nave espacial, la Voyager 1, ha abandonado el Sistema Solar. Lanzada en 1977, la Voyager durante más de cuatro décadas ha logrado esta hazaña pionera. Sin embargo, a su velocidad actual, le tomará aproximadamente 80,000 años alcanzar la próxima estrella en el Sistema Alfa Centauri a unos 4,2 años luz de distancia.
El objetivo del programa Starlight, conocido como DEEP-IN (Propulsión de energía dirigida para la exploración interestelar), es acelerar este viaje. Usando propulsión fotónica, o láseres para nosotros, esperan enviar sondeos relativistas a Alpha Centauri, con un recorrido de aproximadamente 24 años.

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