Sabemos que Nikola Tesla estaba muy adelantado a su tiempo. Sus inventos, conocimientos y visiones del futuro fueron, son y probablemente serán, incomparables a lo largo de la historia. Incluso hizo una patente sobre máquinas que son operadas y controladas por un «circuito receptor…», ¿le suena familiar?
Hace un tiempo, Matthew Schroyer, fundador y presidente de Professional Society of Drone Journalists (PSDJ), tuiteó un fragmento de la patente que resaltó que Tesla estaba buscando desarrollar vehículos no tripulados para su uso en comunicaciones, exploración científica y guerra. La patente, presentada el 1 de julio de 1898, contiene texto detallado y diagramas que denotan máquinas que son operadas y controladas por un «circuito receptor y vuelto sensible influenciado por ondas o impulsos que emanan de una fuente remota».
La invención que he descrito será útil de muchas maneras. Se pueden utilizar embarcaciones o vehículos de cualquier clase adecuada, como botes salvavidas, de transporte o para llevar cartas, paquetes, provisiones, instrumentos, objetos o otros materiales, o para establecer comunicación con regiones inaccesibles…”
No puede pasar por alto el asombroso parecido y la extraña similitud con la tecnología actual de drones, que abarca desde los drones de entrega de Amazon y los ataques aéreos de vehículos aéreos no tripulados, hasta sus amplias aplicaciones científicas.
Sin embargo, lo más importante es el propósito de Nikola Tesla detrás de esta invención.
“…pero el mayor valor de mi invención será el resultado de su efecto sobre la guerra y los armamentos, ya que, debido a su destructividad segura e ilimitada, tenderá a establecer y mantener una paz permanente entre las naciones”.
La patente que indica que Nikola Tesla estaba imaginando aviones no tripulados en la década de 1890.
A diferencia de nosotros, Nikola Tesla creía que un arma poderosa puede terminar con todas las guerras entre las naciones. Él creía que debido al potencial y accesibilidad de esta arma no tendríamos otra opción más que tener paz.
¿Es posible? Tenemos drones, bombas nucleares, quién sabe qué más… tenemos armas lo suficientemente poderosas para acabar con todos nosotros en un solo día. Pero, ¿qué ha cambiado esto? Tal vez no necesitemos un arma poderosa para asustarnos para poder lograr la paz. Tal vez tenemos que «diseñar» un poderoso espíritu humano para evitar pelear entre nosotros. Un espíritu poderoso para tener éxito al unirnos con todos. Hay algo en lo que tenemos que trabajar, y es en el espíritu global de la humanidad. Si todos tratamos con el enemigo individualmente, tal vez no veremos un enemigo sin hacerlo colectivamente.
Quizás eso es lo que quiso decir Nikola Tesla cuando dijo:
El día en que la ciencia comience a estudiar los fenómenos no físicos, progresará más en una década que en todos los siglos previos a su existencia”.
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