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viernes, 27 de julio de 2018

El Sol está cambiando de forma y no sabemos por que


Aunque nuestra estrella es bastante estable en comparación con otras que hemos podido observar en el oscuro y lejano universo, no deja de ser lo que es: un pequeño reactor nuclear que causa pseudo tornados, erupciones solares y constantes corrientes de plasma enviadas hacia la Tierra.

Ahora, un nuevo estudio agrega algo inesperado y relacionado a nuestra estrella. Según el informe, el Sol crece y se encoge cada 11 años de 1 a 2 kilómetros, o como dicen algunos, el Sol «respira», aunque de forma lenta.
Considerando el inmenso tamaño del Sol, estas «inhalaciones» y «exhalaciones» son muy débiles, afectando tan solo el 0.00029 por ciento como máximo. Debido a esto, es realmente impresionante como el equipo del New Jersey Institute of Technology y la University of Cote d’Azur hayan logrado detectarlo.
Para hacerlo, el equipo centró sus observaciones en las corrientes de plasma que salen y regresan a la superficie solar, es decir unas hebras de gas ionizado altamente energético. Además, se sabía que las frecuencias de las ondas de plasma que son expulsadas por la estrella no son muy diferentes de las ondas de sonido emitidas por un instrumento musical.
Debido a eso, las frecuencias del Sol cambian según cuán considerable sea el Sol, y los científicos pueden medir esto con bastante precisión desde la Tierra. Aunque determinarlo no fue sencillo, ha tomado aproximadamente 21 años de observaciones y el uso de dos telescopios espaciales.
El Sol y algunas de sus líneas de campo magnético se superponen en la parte superior¿Y qué hay de la «respiración» del Sol? Esto tiene que ver con el ciclo solar. Sabemos que cada 11 años, el Sol pasa de un máximo solar violento a un mínimo solar tranquilo. Al ocurrir esto, aparecen las manchas solares, unas zonas oscuras con alta actividad magnética, y que suelen aparecer con mayor frecuencia arriba y debajo del ecuador.
El Sol y algunas de sus líneas de campo magnético se superponen en la parte superior. Crédito: NASA Goddard / SDO
A más manchas solares, mayores posibilidades de que se produzcan tormentas solares, lo que podría desencadenar auroras más intensas en los cielos, y mal funcionamiento de la infraestructura eléctrica.
Esta actividad solar también es impulsada por la actividad magnética desde el interior del Sol. Además, las ondas de plasma que el equipo observó también se deslizan bajo la superficie, por varios millones de metros, distancias que son casi similares al radio de la Tierra.
El Sol también se expande durante las etapas de mínimo y se contrae en el máximo; sin embargo no existe una teoría que relacione los desplazamientos con los cambios en la actividad magnética interna del Sol. Los científicos creen que esto está relacionado con el cambio en la orientación de los campos magnéticos que suceden durante el ciclo.
La materia que agrupa todos estos fenómenos es la heliosismología, que es similar a la sismología terrestre, que analiza las fallas o temblores en el interior de la Tierra; en cambio la heliosismología lo hace en el espacio.
A pesar de que podríamos pensar en ello, hasta ahora no se ha detectado que la variación en las dimensiones del Sol afecten al clima de la Tierra; sin embargo los científicos aún tienen que realizar más investigaciones para conocer mucho más de este misterioso comportamiento de nuestra estrella.


El documento científico ha sido publicado en The Astrophysical Journal.

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