El anormal calentamiento del Polo Norte tiene a los científicos en vilo, pues esta semana se reportaron temperaturas que alcanzan los 20 grados centígrados por encima de lo normal a esta altura del año.
Aunque Donald Trump y diversas personalidades del mundo aseguren que el cambio climático es un invento, los efectos se están notando en todo el planeta. Un informe sobre la Resiliencia del Ártico asegura que este otoño en el hemisferio norte no tiene precedentes y que se dispararían hasta 19 y 20 grados las temperaturas en los climas de la tundra siberiana y el Océano Índico.Las temperaturas, para noviembre de cada año, suelen descender por debajo de los 25 °C, pero se han quedado en -5 °C cerca del Mar de Kara (al norte de Siberia) donde la capa de hielo no ha llegado a endurecerse lo suficiente. Semejantes condiciones se están presentando en el Mar de Barents (entre Rusia y Noruega) y alrededor del Archipiélago de Svalbard y por el Estrecho de Bering.
Mínimo histórico de superficie helada
El Ártico está en sus mínimos históricos como nunca antes se reportaron en el mes de octubre: 6.4 millones de kilómetros cuadrados, extensión que está por debajo de lo alcanzado en el 2012, cuando se dispararon las alertas de derretimiento del ártico.
Los expertos advierten que la contracción del Polo Norte se está acelerando y las señales son cada vez más evidentes.
Según afirma Marcus Carson, especialista del Instituto del Medio Ambiente de Estocolmo, Suecia, -y parte del equipo investigador que lanzó la alerta- “lo que está sucediendo hace que nos acerquemos a puntos de inflexión que pueden llegar a multiplicar los efectos del cambio climático y los hacen potencialmente irreversibles”.
Entre estos efectos se espera la liberación de grandes cantidades de metano que están históricamente fijados a las grandes placas de hielo del Ártico. El efecto de este gas en el efecto invernadero es hasta 20 veces más potente que el Co2.
También se podría reportar la floración de vegetación oscura que absorbe más luz y calor, y podría llegar a sustituir el manto blanco que refleja los rayos ultravioleta y ayuda a regular las temperaturas planetarias.
Conferencias como la COP21 de París, que fue reafirmada el mes de noviembre en Marrakech, establece pautas que deben seguir los países firmantes. Parte de la campaña presidencial de Donald Trump contuvo mensajes de negación al cambio climático y amenazas de no firmar los acuerdos climáticos, pero esta semana por primera vez el Presidente electo de Estados Unidos aceptó que “podría haber una relación entre los humanos y el calentamiento global”.
(Fuente: lr21.com.uy)
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