Estos pulsos electromagnéticos son capaces de generar tanta energía como el Sol en un día y se consideran eventos únicos y aleatorios sin un patrón fijo. Sin embargo, este último hallazgo demuestra lo contrario.

El estudio, publicado en ‘The Astrophysical Journal’, se basó en observaciones de rayos X con ayuda del radiotelescopio Green Bank Telescope, el más grande del mundo. Pese a su corta duración, las FRB son capaces de generar tanta energía como el Sol en un día y por lo general se consideran eventos únicos y aleatorios sin un patrón entre ellos. Por esto y por tratarse del primer fenómeno fuera de nuestra galaxia, el reciente hallazgo ha provocado miles de preguntas.
Hasta el momento la hipótesis más aceptada sobre el origen de las FRB sugiere que son producto de la colisión entre dos estrellas de neutrones que forman un agujero negro. A medida que ocurre la colisión, se liberan grandes cantidades de energía en forma de ondas de radio de corta duración que estallan en el espacio. Sin embargo, la naturaleza repetitiva de las señalas encontradas fuera de la Vía Láctea hace pensar que provienen de un objeto que gira con suficiente potencia como para emitir con regularidad ese tipo de pulsos electromagnéticos.
Se estima que en el universo existen cerca de 2.000 de estas señales al día y aunque no es una cifra pequeña, siguen sin conocerse sus causas porque no todas son fáciles de detectar en tiempo real y suelen estudiarse mucho después.
“Si FRB 121102 resultar ser un caso único, o todas las FRB conocidas tienen la capacidad de repetirse, sería un descubrimiento extremadamente importante para entender las señales de radio extragalácticas rápidas”, subraya la investigación.
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