Un profundo socavón en el hielo obliga a trasladar la estación de investigación británica Halley
Recientemente, científicos de la misión IceBridge de la NASA fotografiaron una enorme grieta en la plataforma de hielo Larsen C de la Península Antártica, lo que demuestra que las cada vez más altas temperaturas de las aguas derriten antiguos glaciares e inmensos diques de hielo empiezan a desmoronarse.La grieta -que demuestra que se está desintegrando una parte de la plataforma de hielo- tiene cerca de 112 kilómetros de largo, unos 90 metros de ancho y 530 de profundidad. El pasado miércoles, se conocía que una gran grieta obligaba a Gran Bretaña a iniciar un plan para trasladar su centro de investigación en la base de la Antártida 23 kilómetros hacia el interior. La estación, ubicada en la plataforma de hielo Brunt, lleva allí instalada desde 2012.
La grieta del hielo, inactiva durante años, amenaza con que la estación Halley VI del British Antarctic Survey quede dañada y separada debido al desplazamiento de la plataforma de hielo, según informa el diario británico «The Guardian». La medida se completará en tres etapas en un periodo que durará tres años, lo que permite que la investigación científica continúe. Se prevé que la reubicación esté completa en abril de 2018.
La grieta detectada es de unos 7 kilómetros y la posibilidad de que la costosa estación pueda verse dañada ha obligado a tomar la decisión de moverla a un nuevo campo de estudio, que se ha apodado «Halley VI A» y que ya fue identificado durante el verano 2015-16.
La estación será remolcada a su nuevo hogar utilizando unos tractores gigantes y aunque no se ha movido nunca desde que fue construida en 2012 fue diseñada para poder ser reubicada y acomodarse así al movimiento del hielo.
La estación británica es fundamental en la investigación científica. Registra datos relevantes para el clima espacial, el cambio climático y los fenómenos atmosféricos. Las mediciones de ozono han sido controladas de forma continua en Halley desde 1956 y llevaron a cabo el descubrimiento del agujero de ozono antártico en 1985.
El equipo está «emocionado por el reto», según manifestaciones del director de operaciones British Antarctic Survey quien ha señalado que como el ambiente en la Antártida es «muy hostil» y la temporada de verano «muy corta», tan sólo de nueve semanas, deben de ser «flexibles en nuestro enfoque», ya que el hielo y el clima son «impredecibles».
En 2012 un satélite reveló los primeros signos de movimiento de un abismo en la plataforma de hielo que llevaba inactivo durante al menos 35 años. Sin embargo, los glaciólogos ya han determinado que la velocidad de la grieta parece determinar que va a continuar abriéndose y acrecentándose. Se desconoce, o no ha trascendido, si el crecimiento de la sima tiene que ver con el calentamiento global. Además de la grieta, que ya se conocía y que llevaba inactiva tantos años, en octubre apareció una segunda fisura en el hielo a unos 17 kilómetros de donde está ubicada la estación y en una ruta que se utiliza a veces para reabastecer a la base.
La posibilidad de que la grieta aumente y amenace la estación es lo que obliga a su reubicación, aunque sin dejar de lado las investigaciones que están efectuando. El hielo se mueve y con él lo hará también el Halley VI.
Al igual que el Halley V, el Halley VI, está elevada para evitar la acumulación de nieve sobre ella. A diferencia de su predecesora hay esquíes en la parte inferior de los pilotes que permite que el edificio sea trasladado periódicamente. Es una cadena de 8 módulos, cada uno sobre pilotes con esquíes. Comenzó a operar el 28 de febrero de 2012 y fue construida en Ciudad del Cabo, Sudáfrica. Las primeras secciones se embarcaron hacia la Antártida en diciembre de 2007 y fue inaugurada oficialmente el 5 de febrero de 2013.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.