El derrame ha afectado ya a más 160 kilómetros del cauce y la acidez del agua ha aumentado 100 veces, por lo que puede que afecte a la fauna y flora
El accidente tuvo lugar el pasado miércoles y fue causado por un equipo federal de limpieza de minas. El arroyo Ánimas fue el que recibió el vertido, cuyos efectos son visibles en el Colorado desde el sábado por la tarde.
La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos envió el pasado miércoles un equipo con maquinaria especializada para asegurar la entrada de una mina de oro, cerca de Durango. La intención era “bombear y tratar el agua para reducir la contaminación de metales que sale de la mina”, según el portavoz de la agencia, Rich Mylott. Más el efecto fue el contrario.
CULPA DEL GOBIERNO
La alarma saltó en cuanto el cauce del Colorado empezó a perder su color arcilloso y a teñirse de color mostaza. El gobernador del Estado de Colorado, John Hickenlooper, se desplazó hasta la zona afectada donde corroboró de la mano de los expertos que el vertido, que contiene plomo y arsénico. El lunes se declaró el estado de emergencia por el desastre.
Hickenlooper aseguró que, debido a la declaración de estado de emergencia, contarán con un fondo de 500.000 dólares para paliar la situación. La idea es que sirva de alivio para pueblos y pequeños negocios afectados.
El descontento entre los habitantes de la zona es notable, dado que el vertido ha sido provocado por las mismas autoridades. Se quejan de que la Agencia no ha recibido ninguna sanción y también de que nadie avisó a los vecinos de que se quería rehabilitar la mina.
El fluido contaminante proviene de la antigua mina de Gold King cuyo único uso era el reclamo turístico, siendo uno de los lugares más visitados de Arizona. Llevaba cerrada desde 1923 pero se tenía la intención de rehabilitarla.
A pesar de los hechos, el Gobernador defendió a la agencia medioambiental: “Vamos a trabajar con ellos para medir la calidad del agua hasta que vuelva a ła normalidad, pero también para rehabilitar otras minas abandonadas a lo largo de nuestro Estado, evitando que esto se repita”, aseguró.
CALMAR A LA POBLACIÓN
Las autoridades gubernamentales, por su parte, han tranquilizado a la población diciendo que el derrame no supone ninguna amenaza para el agua potable. El estado de emergencia es una medida de precaución.
No obstante, se teme que el vertido sí que afecte a la flora y fauna del lugar, pues la acidez del río ha aumentado 100 veces. Por ello, han aconsejado a los propietarios de animales que los mantengan alejados del agua afectada. Los arroyos locales están repletos de residuos tóxicos, por lo que se ha aconsejado a los residentes que eviten bañarse o beber agua extraída de los pozos más cercanos.
KILÓMETROS AFECTADOS
Aunque la localidad más afectada en un principio era Durango, la corriente amarilla ha avanzado hasta los estados de Utah y Nuevo México, tiñendo más de 160 kilómetros del río Colorado. Ambos estados ya están tomando reservas de agua desde Arizona en prevención de que se queden sin agua potable.
De momento no se ha hecho una estimación sobre el tiempo en que tardarán en volver a la normalidad. Como medida cautelar se han clausurado varios pozos y se ha comunicado que el suministro de agua de la Tribu Navajo podría peligrar.
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