El Gobierno del estado de California (EE.UU.) prevé pérdidas por 2.700 millones de dólares este año y de 21.000 empleos temporales a causa de la sequía y teme al mismo tiempo que las fuertes lluvias que se prevén por el fenómeno del Niño causen inundaciones y deslizamientos de tierra.
Este escenario fue uno de los ejes de un foro celebrado hoy en Sacramento (EE.UU.), organizado por el Centro de Políticas del Agua del Instituto de Política Pública de California (PPIC) y en el que se estudiaron posibles situaciones futuras si se mantiene la sequía en este estado.
“Los niveles de los embalses han ido disminuyendo durante los cuatro años que hemos tenido de sequía, al igual que las altas temperaturas han reducido el casco de nieve, produciendo bajos flujos de agua que a la vez contribuyen a futuras sequías”, explicó hoy Ellen Hanak, directora del PPIC.
Durante la jornada se hizo alusión al informe presentado esta semana por la Universidad de California Davis, que calculó que en 2015 las industrias agrícolas del estado y otras relacionadas con ella perderán 2.700 millones de dólares en ingresos debido a la sequía.
Hanak calculó que las pérdidas representan hasta ahora un 4 % de los ingresos y las pérdidas de empleo significan un 6 % de los trabajos agrícolas. Al agregar otros trabajos relacionados de manera indirecta con la agricultura, se estima que este año se perderán 21.000 empleos de temporada.
Según destacó Laura Firestone, fundadora y directora ejecutiva del Centro de Agua Comunitaria que opera en el Valle Central, si continúa la sequía algunas comunidades enfrentarán “condiciones de suministro de agua realmente difíciles” y por ello urgió a mejorar la coordinación con el Gobierno para asegurar que se entreguen los recursos necesarios.
“No Agua – No Trabajo”, reza el aviso que se ha vuelto ya común en ciertas áreas del Valle Central de California y que refleja el impacto de la sequía en los empleos agrícolas de la temporada, desempeñados en su gran mayoría por trabajadores hispanos, muchos de los cuales se han visto obligados a migrar a otros estados.
“La situación es grave para muchos trabajadores campesinos en el Valle Central, que han visto la disminución de las siembras y de las cosechas y, por lo mismo, de su trabajo”, confirmó a Efe Antonio Cortés, organizador comunitario del área de Bakersfield en el Valle de San Joaquín.
Otro de los problemas surgido como consecuencia directa del cuarto año consecutivo de sequía es el hundimiento de ciertas áreas en el Valle Central.
Un reporte de esta semana del Laboratorio de Propulsión Jet de la NASA, elaborado para el Departamento de Recursos del Agua en California, encontró que “porciones del Valle de San Joaquín en el Valle Central de California, se están hundiendo cerca de dos pulgadas por mes”.
El estudio señala como causa del problema que los “granjeros han estado bombeando continuamente agua del subsuelo para mantener sus cultivos durante la sequía”.
Para Wade Crowfoot, subsecretario de Gabinete y asesor de la oficina del gobernador de California, este es uno de los problemas que hay que enfrentar con prioridad y en conjunto con “todos los implicados para evitar que esto se agrave”.
En medio de esto, se espera que El Niño, un sobrecalentamiento de las aguas del Océano Pacífico en la zona tropical, genere lluvias por encima de lo normal en California el próximo invierno, una circunstancia que algunos especialistas ven como un alivio para la sequía y otros como un problema.
Una proyección de julio de la Administración Atmosférica Oceánica Nacional (NOAA, en inglés) aseguró que “casi todos los modelos predicen que El Niño continuará en el invierno 2015-16 en el Hemisferio Norte, con muchos promedios multimodelos prediciendo un evento muy fuerte”.
Tim McCrink, geólogo jefe de la Encuesta Geológica de California, destacó en un análisis sobre los efectos de El Niño que “la relación entre lluvias abundantes y deslizamientos es sumamente sólida”.
A causa de las condiciones topográficas de mezcla de montaña y valles, así como por los incendios que han asolado el estado durante el último año, la posibilidad de corrimientos con graves consecuencias es alta, según McCrink.
A su vez, los expertos del Instituto de Política Pública de California (PPIC) no ven el fenómeno tropical como la panacea para la sequía de California.
“Algunos modelos de amplio rango indican que un fuerte El Niño puede mejorar la cantidad de lluvia en California para el próximo invierno, pero la fiabilidad de estas proyecciones es baja y la relación entre El Niño y la precipitación en el norte de California es débil”, señalaron en un análisis presentado en julio Jeffrey Mount y Dan Cayan.
Si se toma en cuenta que las mayores reservas naturales de agua de California están en el norte, los beneficios de El Niño serían limitados.
“Tenemos que seguir trabajando para enfrentar la posible continuación de la sequía”, insistió hoy Hanak.
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