Oculta bajo una espesa vegetación tropical en Guatemala, Petén, se halla una antigua ciudad que no ha sido visitada por humanos por más de 1.000 años, y que en algún momento del remoto pasado fue el hogar de millones de personas que integraron un gran imperio.
Ahora, un grupo de arqueólogos ha encontrado y mapeado decenas de miles de estructuras antiguas utilizando la tecnología Light Detection and Ranging (LiDAR) en un terreno de más de 2.100 kilómetros cuadrados.
LiDAR ha logrado ver a través del espeso bosque para revelar los cambios en la elevación del terreno, lo que permite a los investigadores identificar las características topográficas como muros, carreteras y edificios hechos por el hombre, y con la ventaja de no tener que poner un pie en el suelo, ni destruir la vegetación del lugar. Los datos obtenidos son utilizados para crear mapas en 3D, ahorrando tiempo y recursos económicos en la investigación.
Francisco Estrada-Belli, miembro del equipo investigador, dijo en un comunicado:
Visto en conjunto, las terrazas y los canales de irrigación, los embalses, las fortificaciones y las calzadas revelan una sorprendente cantidad de modificaciones de la tierra realizadas por los mayas en todo su paisaje en una escala previamente inimaginable”.
Se han hallado un total de 61.000 estructuras antiguas en la región estudiada, lo que sugiere que en dicho lugar pudieron vivir entre 7 a 11 millones de personas, durante el apogeo del Clásico Tardío, 650-800 d.C. Podemos hacer una comparación con la ciudad de New York, donde viven aproximadamente 8.5 millones de personas, y ver el nivel de complejidad de este lugar ancestral.
Las poblaciones se distribuyeron de manera desigual con diferentes niveles de urbanización y se extendieron a lo largo de más de 1.200 kilómetros cuadrados. Esta tierra se modificó de alguna manera para la producción agrícola intensiva necesaria para apoyar a la población masiva durante cientos de años.
Marcello A. Canuto, arqueólogo especializado en la cultura Maya, dijo en un comunicado:
Parece claro ahora que los antiguos mayas transformaron su paisaje a gran escala para hacerlo más productivo agrícola. Como resultado, parece probable que esta región estuviera mucho más densamente poblada de lo que tradicionalmente hemos pensado”.
Representación del sitio arqueológico de Naachtun, Petén, en el crepúsculo. Cada estructura antigua está marcada por un punto amarillo. Crédito: L. Auld-Thomas y MA Canut / Science.
Además, los científicos pudieron cartografiar grandes calzadas que conectaban los diversos centros urbanos, y esto dejó ver cuán interconectados se encontraban y cuánto estaban dispuestos a invertir sus habitantes en sistemas defensivos en caso de guerra.
A pesar de todos los datos obtenidos, los autores creen que sus hallazgos «han generado nuevas preguntas, además de refinar los objetivos para el trabajo de campo, generar estudios regionales en paisajes continuos y hacer avanzar la arqueología maya en una era audaz de investigación y exploración»
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