Una nueva investigación reveló que la placa de Cocos se fracturó por la energía liberada por el terremoto de Oaxaca; un hecho sin explicaciones.
En septiembre de 2017, un terremoto de magnitud 8,2 azotó México, matando a docenas de personas y dejando a cientos heridos. Y aunque esta nación no es ajena a la actividad sísmica, ya que experimenta un promedio de más de 4,200 terremotos cada año con una magnitud de 4.5 o más, este poderoso evento puso en alerta a los científicos.
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