Los científicos finalmente han resuelto el misterio de una lluvia con aspecto de leche que el pasado febrero desconcertó a los habitantes de una amplia franja del noroeste del Pacífico estadounidense.
La misteriosa lluvia dejó rastros de residuos a lo largo de 320 kilómetros, entre los estados de Oregón y Washington, provocando la perplejidad de científicos y residentes acerca de su origen, informa ‘Daily Mail’.
Algunos científicos inicialmente especularon que un volcán en erupción en Japón era la fuente de la sustancia blanca en polvo y otros culparon a los incendios forestales; también se sugirió que el origen podría ser una tormenta de polvo en Nevada.
Las tres teorías fueron refutadas después de las pruebas de laboratorio realizadas luego del estudio hidroquímico.
Un equipo multidisciplinario de la Universidad del Estado de Washington conformado por un meteorólogo y dos geólogos analizaron la composición química de las muestras de agua de lluvia y descubrieron que los niveles de sodio en las muestras ofrecían otra pista: la composición del agua tenía una fuente de solución salina de un lago seco.
De esta manera pudieron determinar que el polvo mezclado con el agua de lluvia proviene del lecho seco de un lago poco profundo que se encuentra a unos 770 kilómetros de donde cayó la lluvia y fue el culpable de la inusual precipitación.
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