Fotografías impactantes de nuestros cielos

 

Email enviado a nuestro correo por Antonio M.

“Estas fotografías fueron tomadas por mí hace varios días durante una tarde cualquiera en la ciudad de Valladolid.

En ellas podrás observar con nitidez los rastros dejados por las estelas químicas o chemtrails fumigadas desde aeronaves sin identificar que surcan los cielos del mundo desde principios de la década de los 90 y, por lo tanto, también los nuestros.

Si observas con detenimiento, podrás verificar cómo las supuestas “estelas de vapor”, lejos de desaparecer progresivamente (como es el caso de los aviones convencionales), no lo hacen sino que se mantienen en el espacio abriéndose en amplios filamentos que van extendiéndose, durante varios minutos hasta desaparecer, transformando lo que era  un cielo azul nítido y claro en un espacio lechoso con aspecto de suciedad.

Quiénes son, cuál es el objetivo y desde donde parten es uno de los secretos mejor guardados de la realidad actual, máxime teniendo en cuenta que estas observaciones puedes verificarlas por ti mismo cualquier día y en cualquier lugar de la península, de las islas o de cualquier otro país, siempre que la nubosidad no impida actuar a las aeronaves fumigadoras.

Cuando explico este fenómeno in situ a las personas        invitándoles a que observen, por vez primera, los cielos y comprueben por sí mismos dichas estelas, quedan tan anonadados y estupefactos que me bombardean a preguntas cuyas respuestas les invito que investiguen por sí mismos.

Te invito a que hagas la prueba y, si lo deseas, te agarres una cámara de fotos y des testimonio de lo que has visto con esas instantáneas que te invito también que compartas en la red.

Estamos siendo fumigados, sí, pero no sabemos con qué fin, si el de protegernos de las radiaciones solares o el de ir socavando nuestros fundamentos biológicos dentro de una estrategia eugenésica a gran escala.

No se trata de ciencia ficción, compruébalo por ti mismo.

Te recomiendo como imprescindible este vídeo de Pilar Baselga sobre Bioingeniería y Cambio Climático de 21 minutos de duración, no tiene desperdicio.