Pekín, 26 ago (EFE).- Las autoridades del noreste de China, que sufre su peor sequía en más de 60 años, han decidido recurrir a la lluvia artificial mediante el "bombardero" de nubes con productos químicos, para intentar aliviar la situación que hace temer grandes problemas alimentarios e inflación debido a las malas cosechas.
La provincia de Liaoning, una de las más afectadas, recibió las primeras lluvias en mucho tiempo el pasado fin de semana, y éstas continuaron ayer, lunes, informó hoy la agencia oficial Xinhua.
Para provocar la lluvia se usan aviones o cohetes que vierten en las nubes sustancias condensadoras como el yoduro de plata, lo que acelera las precipitaciones, un método usado frecuentemente en China en caso de incendios y sequías.
Mediante este sistema se consiguió que cayeran en los pasados días 360 millones de metros cúbicos de agua en las zonas más afectadas por la sequía, especialmente en las inmediaciones de la ciudad de Chaoyang.
Al menos 4,39 millones de hectáreas de campos de cultivo (unos 44.000 kilómetros cuadrados, equivalente al área total de República Dominicana) sufren la sequía, que afecta a 2,35 millones de personas.
Sólo en Henan, una de las provincias más pobladas de China, se calculan unas pérdidas provisionales de 1.180 millones de dólares.
Muchas de las zonas son principales centros de producción nacional de cereales como trigo, cebada o maíz, lo que hace temer escasez de estos alimentos básicos y que aumente su precio en los próximos meses, lo cual podría disparar la inflación.
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