Investigadores afirman que las arañas que viven en las zonas urbanas de todo el mundo han aumentado su tamaño y se reproducen con más facilidad
Según explican los investigadores en PLOS ONE, la urbanización puede alterar drásticamente el paisaje y el clima local, y en consecuencia, los organismos que lo habitan. Algunos ya no tendrán los recursos que necesitan para sobrevivir, mientras que otros pueden prosperar en ese entorno, posiblemente mejor que en su hábitat natural. Una forma en la que esto puede hacerse evidente es en los cambios producidos en el tamaño del organismo.
Los autores del estudio investigaron los cambios en los atributos físicos de la araña tejedora, habitual tanto de los paisajes urbanos como de los naturales, en múltiples sitios de Sydney con diferente grado de urbanización. Investigaron cambios en su tamaño, reservas de grasa y el peso del ovario.
En las zonas ricas
Los resultados muestran que las arañas tenían cuerpos más pequeños en las zonas con mayor cobertura vegetal y cuerpos más grandes en áreas asociadas con el desarrollo urbano, indicadas por la presencia de superficies duras.
Probablemente, las temperaturas más cálidas de las ciudades y el buen número de insectos que pueden congregar algunas zonas de parques urbanos pueden ser la causa, según explican a NewScientist. Además, curiosamente, los autores encontraron que la capacidad reproductiva de las arañas, medida por el aumento de peso de los ovarios, puede haber aumentado en las zonas socioeconómicas más altas. No saben muy por qué, pero lo atribuyen a que estas zonas tienen más parques con hojarasca o áreas con superficies duras.
Según los autores, el tamaño más grande y una mayor capacidad de reproducción de las arañas en las zonas urbanas apoya la idea de que algunas especies se pueden beneficiar de los cambios de hábitat asociados con la urbanización.
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