El “Ébola de las serpientes” es una enfermedad muy contagiosa, infecciosa y mortal
En un momento tan delicado como en el que nos encontramos actualmente, en el que la epidemia de Ébola de África Occidental es ya la mayor de la historia, vale la pena ampliar nuestros conocimientos sobre peligrosos patógenos similares que también afectan a otras especies de nuestro entorno. Por ello, hoy queremos hablarte del llamado “Ébola de las serpientes”.
La enfermedad comenzó a detectarse por primera vez en la década de 1980, cuando unos extraños síntomas se manifestaron en serpientes constrictoras. Estos síntomas despertaron la alarma entre los encargados del cuidado de estos animales en cautiverio, veterinarios y también herpetólogos (especialistas en anfibios y reptiles).
En esencia, los síntomas consistían básicamente en un rechazo absoluto de los ofidios por los alimentos o la regurgitación de los mismos inmediatamente después de la ingesta, la imposibilidad de voltearse cuando quedaban boca arriba, problemas neurológicos graves e incluso algo tan extraño como enrollarse fuertemente sobre sí mismas, formando algo similar a un nudo. Todo esto llevaba a los animales a una irremediable muerte.
A la enfermedad se le dio el nombre de “Enfermedad por inclusión de cuerpos” o IBD y luego de varios años de misterio sin dar con su origen, pudo determinarse que su agente causal era un virus que se transmitía entre las serpientes a través del contacto físico entre ellas.
¿Cómo se relaciona este virus con el Ébola?
Tras una serie de complejos análisis, en los que contribuyeron tres serpientes llamadas Juliet, Balthazar y Larry, se pudo determinar que la IBD era causada por un arenavirus. Se trata de una familia de virus que, hasta ese momento, se creía que afectaba sólo a los mamíferos (incluyendo humanos) y que provoca peligrosas enfermedades, como por ejemplo la fiebre de Lassa, causa de muerte miles de personas cada año en África.
Sin embargo, había algo en este virus que lo diferenciaba de los arenavirus conocidos: uno de sus genes estaba relacionado con el temido Ébola, que pertenece a los filovirus, otra familia de estos patógenos con características muy particulares.
Según los investigadores, es posible que en algún momento de la historia haya ocurrido una fusión entre ambos tipos de virus y como resultado surgiera este peligroso híbrido, aunque de momento, eso no se puede saber con certeza. Es probable que el gen del Ébola contenido en el genoma de este virus esté estrechamente relacionado con su alto grado de mortalidad.
El descubrimiento de este extraño virus, hace apenas un par de años, una vez más ha demostrado lo mucho que nos queda por conocer y comprender del mundo microbiológico, así como la importancia de lograr un mayor desarrollo en estudios que permitan minimizar la amenaza de estos peligrosos agentes patógenos cuanto sea posible.
¿Conocías la existencia de un virus tan peligroso como lo es el “Ébola de las serpientes”?
La enfermedad comenzó a detectarse por primera vez en la década de 1980, cuando unos extraños síntomas se manifestaron en serpientes constrictoras. Estos síntomas despertaron la alarma entre los encargados del cuidado de estos animales en cautiverio, veterinarios y también herpetólogos (especialistas en anfibios y reptiles).
En esencia, los síntomas consistían básicamente en un rechazo absoluto de los ofidios por los alimentos o la regurgitación de los mismos inmediatamente después de la ingesta, la imposibilidad de voltearse cuando quedaban boca arriba, problemas neurológicos graves e incluso algo tan extraño como enrollarse fuertemente sobre sí mismas, formando algo similar a un nudo. Todo esto llevaba a los animales a una irremediable muerte.
A la enfermedad se le dio el nombre de “Enfermedad por inclusión de cuerpos” o IBD y luego de varios años de misterio sin dar con su origen, pudo determinarse que su agente causal era un virus que se transmitía entre las serpientes a través del contacto físico entre ellas.
¿Cómo se relaciona este virus con el Ébola?
Tras una serie de complejos análisis, en los que contribuyeron tres serpientes llamadas Juliet, Balthazar y Larry, se pudo determinar que la IBD era causada por un arenavirus. Se trata de una familia de virus que, hasta ese momento, se creía que afectaba sólo a los mamíferos (incluyendo humanos) y que provoca peligrosas enfermedades, como por ejemplo la fiebre de Lassa, causa de muerte miles de personas cada año en África.
Sin embargo, había algo en este virus que lo diferenciaba de los arenavirus conocidos: uno de sus genes estaba relacionado con el temido Ébola, que pertenece a los filovirus, otra familia de estos patógenos con características muy particulares.
Según los investigadores, es posible que en algún momento de la historia haya ocurrido una fusión entre ambos tipos de virus y como resultado surgiera este peligroso híbrido, aunque de momento, eso no se puede saber con certeza. Es probable que el gen del Ébola contenido en el genoma de este virus esté estrechamente relacionado con su alto grado de mortalidad.
El descubrimiento de este extraño virus, hace apenas un par de años, una vez más ha demostrado lo mucho que nos queda por conocer y comprender del mundo microbiológico, así como la importancia de lograr un mayor desarrollo en estudios que permitan minimizar la amenaza de estos peligrosos agentes patógenos cuanto sea posible.
¿Conocías la existencia de un virus tan peligroso como lo es el “Ébola de las serpientes”?
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