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jueves, 9 de marzo de 2017

Maldad sin limites

Cazadores furtivos matan a Satao II, el elefante emblemático de Kenia

Se trata de un ejemplar ‘tusker’, cuyos colmillos pesaban 51 y 50,5 kilos. Únicamente quedan seis elefantes de esas características en la misma área de Kenia

Según los trabajadores del Área de Conservación de Tsavo, únicamente quedan 6 ejemplares de estas características en el parque, lo que complica cada vez más las posibilidades de repoblación, teniendo en consideración que el embarazo de un elefante es de cerca de 22 meses. “Se trata de un golpe devastador para la conservación de elefantes y para los genes de supercolmillos”, dicen desde Africa Geografic. En todo el continente se calcula que hay entre 25 y 30 ‘tusker’ y otros 15 que podrían transformarse en lo que en su día fueron Satao y Satao 2.

El negocio del comercio ilegal
La caza furtiva, lejos de desaparecer, está muy presente en cada uno de los parques naturales que se encuentran en el continente africano. Elefantes, rinocerontes, felinos y otras especies menos majestuosas que no están incluidas dentro de los big five -grupo que engloba a las especies de leones, elefantes, búfalos, leopardos y rinocerontes, y que recibe este nombre por tratarse de las cinco especies salvajes más complicadas de dar caza a pie-, son piezas codiciadas por las mafias, generalmente asiáticas, que buscan su lucro a través del comercio clandestino de los cuernos de los animales, sus colmillos o de sus pieles.
Kenia ha demostrado en más de una ocasión su rechazo a los cazadores furtivos realizando quemas de toneladas de marfil incautadas, así como armas de fuego. El año pasado se llevó a cabo una fogata el 30 de abril en la que 105 toneladas de marfil ardieron como mensaje hacia las mafias. Nunca antes se había quemado tal cantidad de ‘oro blanco’, como se conoce al marfil, y que cada año mueve a lo largo del continente más de cientos de millones de euros. Según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), más de 20.000 elefantes africanos son sacrificados por su marfil cada año.


Con las poblaciones de los big five tambaleándose, los rangers de los parques están obligados a hacer un seguimiento de los animales que les permita controlar su posición y defenderos ante posibles cazadores, aunque no siempre llegan a tiempo, como en el caso de Satao 2. El cuerpo sin vida del animal fue encontrado durante el fin de semana antes de que los cazadores pudieran extraer sus colmillos. Según la información de Africa Geografic, se cree que murió por una flecha envenenada y dos personas han sido detenidas en relación con su muerte, a quienes se les han incautado varias armas.

A base de control, los agentes de los parques y reservas consiguen localizar de vez en cuando a algunos animales cuya majestuosidad destaca por encima del resto. Es precisamente esta majestuosidad la que juega en contra del animal y supone su propia sentencia de muerte, como ya ocurrió en el pasado con otros animales célebres como el León Cecil, cazado en el Parque Nacional Hwangwe, en Zimbabue a quienes muchos consideraban uno de los ejemplares más imponentes y queridos del parque.

(Fuente: elmundo.es)

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