Mencionado en una transcripción del siglo pasado, existen dos versiones diferentes que sostienen esta predicción.
Malaquia O’Morgair nació en Armaq, Irlanda en 1094 y murió en Chiaravalle, Italia en 1148. Fue un arzobispo católico unido al pontificado de Irlanda por el Papa Inocencio en 1139. Tras su muerte, fue canonizado por el Papa Clemente II en el año 1199.
Se dice que redactó la lista de papas llamada “Profecía de los sumos pontífices”, que fue transcrita en el libro Lignum Vitae por el monje benedictino de nombre Arnold de Wion. El libro fue editado e impreso por Giorgio Angeleri en 1595, 455 años después de la muerte de Malaquías, informa el texto de Guido Araldo.
Arnold de Wion fue aparentemente el primero en atribuir públicamente a Malaquías esta profecía, y la incluyó en un libro que trata también sobre el árbol genealógico de los benedictinos. La lista tiene 112 papas con una definición en latín al costado, que los identifica. Estas descripciones son tan coincidentes en algunos casos, que rápidamente se hizo muy popular. El primer Papa apuntado es Celestino II en 1140 y el último es Petrus Romanus.
A cada Papa se lo atribuyó un nombre, hasta llegar al ex Papa Benedicto XVI, a quien le correspondería el texto “De Gloria Olivae”, el penúltimo, o antepenúltimo, además de la versión del papa negro. El último es Petrus Romanus, con una descripción a su costado de tribulaciones y destrucción.
El Papa negro
Según versiones no oficiales, ya que el Vaticano no reconoce la profecía, en las tradiciones populares se habla que la lista incluía originalmente un Papa “caput nigrum” o papa negro. Una teoría dice que estaba puesto una línea antes del Papa “De gloria olivae”, y otra, después de “Petrus Romanus”, el último.
En ninguno de los casos se sabe si correspondía a una característica más, asociada a esos papas o a un Papa diferente. En el emblema de Benedicto XVI hay un dibujo de un negro con corona, el cual es el símbolo de la diócesis Frisinga. Es la asociación que encuentran algunos analistas al saliente Papa Joseph Ratzinger con el papa negro.
De otra parte, Benedicto XVI estaba relacionado con la comunidad benedictina, llamados también los “olivetanes, además nació un 16 de abril de 1927, un día de fiesta de pascua, cuyo símbolo es un olivo. Él proclamó santo, al fundador de la orden de los olivetanos, Bernardo Tolomei.
Otra versión del papa negro dice que el Papa caput negrum viene de inmediato luego de Petrus Romanus, como parte de sus características. Algunos asocian a los jesuitas como Papa negro, ya que es un apelativo dado a los sacerdotes de esta orden, porque llevan una sotana negra en vez de blanca. Otras versiones relatan que realmente una trascripción de 1820 informaba de la existencia de un papa negro en la lista de Malaquías.
El Papa negro de Nostradamus
El médico francés, Michel de Nôtre-Dame, conocido como Nostradamus, en su cuartina X, 91, dice algo respecto a las elecciones del clero romano sobre un papa de gris y negro.
“Clero romano, en el mil cien & nueve/en el año nuevo (o cumbre del año) hará la elección/de uno de la Compañía gris negra/que jamás fue tan maligno”, son los cuatro versos de Nostradamus en esta cuartina.
Según un análisis destaca que el francés Nostradamus escribió “l’an mil fiz cens & neuf”, que no significaría 1109, pues en sus predicciones él dividió los años de una manera muy diferente. Según el autor, el texto corresponde al año 2004 +9, lo que daría 2013. Para Nostradamus el año nuevo se iniciaba con la Pascua y la elección de Francisco fue en el período de las fiestas que anteceden a la Pascua de resurrección de los católicos. La predicción de Nostradamus “De uno de la Compañía”, se asocia a la Compañía de Jesús, que se visten de su color característico negro.
Los últimos papas de Malaquías
Con o sin papa negro, la versión actual de la transcripción del libro “Lignum Vitae” dice que los últimos papas son:
- Gloria olivae, ya descrito
- In plecusione extrema SER fedebit
- Petrus Romanus qui paicet oues in multas tribulationibus: quibus tranfactis ciuitas fepricollis diruetur, & Iudez tre medus iudicabis populum fuum Finis.
“In plecusione extrema SER fedebit”, en latín significa, “en persecución extrema la Santa Iglesia de Roma, reinará”.
Es una frase que puede corresponder a una predicción más un pontífice, por el cual correspondería al actual Papa Francisco, aunque normalmente se la considera parte de la línea correspondiente al siguiente Papa Petrus Romanus. Si se une la penúltima predicción a la última de la lista de Malaquías dice:
“Durante la última persecución de la iglesia santa romana se sentará, Pedro Romano, que nutrirá a su rebaño entre muchas tribulaciones. Cuando serán finalizadas, la ciudad de las siete colinas (Roma) será destruida y el temible juez juzgará a su pueblo, que así sea”.
En caso contrario dice:
“Pedro Romano, que nutrirá a su rebaño entre muchas tribulaciones. Cuando serán finalizadas, la ciudad de las siete colinas (Roma) será destruida y el temible juez juzgará a su pueblo, que así sea”.
Esta destrucción era ya vaticinada en la Profecía del monje de Padova, Italia, en el libro el “Magnus tribulationibus et Status Ecclesiae”, impreso en Venecia en 1527, 48 años antes que el Lingnum Vitae.
“Cuando el hombre salga sobre la Luna, grandes cosas estarán por desarrollarse en la Tierra. Roma vendrá abandonada, como los hombres abandonan la vieja megera (de aspecto violento y repelente) y en el Coliseo no quedará más que una montaña de piedras envenenadas”, dice el texto según Guido Araldo.
Según un texto del Abad Cucherac (1871) sobre la sucesión de papas, Malaquías entregó la profecía al papa Inocencio II y él lo guardó en los archivos romanos hasta que se encontró en 1590. El jesuita Claude Francois Menestrier escribió que las profecías eran falsas y que fueron escritas para propiciar una candidatura de un Papa en 1590, sucesor de Urbano VII, sin dar pruebas de ello.
Para el historiador Onofrio Panvinio, de la misma época, la profecía sería auténtica. La oposición más grande la da el historiador español, José Luis Calvo. Él sostiene que hasta el Papa Urbano VII, cuando fue divulgada la profecía, los lemas corresponden muy bien con cada Pontífice; y a partir de esa fecha hay que hacer esfuerzos para coincidirlos. Argumento rebatido por los defensores.
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