Un equipo de investigación internacional, en el que han participado científicos españoles, dirigido por el antropólogo Gerhard Weber de la Universidad de Viena, en colaboración con la Universidad de Tel Aviv, descubrió que nuestra especie, el Homos Sapiens, salió de África hace unos 180.000 años. Esto supone 60.000 años antes de lo que se pensaba. Y es más el hallazgo tiene aproximadamente la misma edad que los restos óseos más antiguos descubiertos en el este de África. Este sensacional descubrimiento obliga a cambiar literalmente la historia, cuestiona todas las ideas previas sobre la evolución humana y arroja dudas sobre un desarrollo simple y directo.
La historia de nuestra propia especie, Homo sapiens, es probablemente más larga y compleja de lo que los científicos creían. Si bien África es ampliamente reconocida como la cuna de la humanidad moderna, hasta el momento no existía evidencia de que los humanos abandonaran África antes de 90,000 a 120,000 años atrás.
Ahora un equipo internacional de investigadores ha descrito los restos más antiguos de un ser humano moderno que se haya encontrado fuera de África.
Los restos protagonistas de esta revolución son los restos de un maxilar con todas las piezas dentales con una edad aproximada de entre 177.000 y 194.000 años. El hallazgo se realizó en la cueva de Misliya, en una de las varias cuevas prehistóricas ubicadas en el Monte Carmelo.
Hace aproximadamente unos 160,000 años, el techo de la Cueva Misliya colapsó, enterrando y protegiendo de esta forma el fósil humano y los hallazgos arqueológicos enterrados en los sedimentos. Porque además del fósil en el lugar se han encontrado herramientas y otros artefactos muestran que los residentes de la cueva eran hábiles cazadores, capaces de cazar los enormes y peligrosos uros (un tipo de toro salvaje ahora extinto), gamos y gacelas; además recolectaban una amplia variedad de plantas, y habían desarrollaron la fabricación de herramientas utilizando sofisticadas técnicas innovadoras similar a las encontrada en los primeros humanos modernos en África.
Los primeros movimientos migratorios de humanos modernos fuera de África son muy importantes para la comprensión de nuestra propia evolución. Oriente Medio es, naturalmente, un corredor importante para tales movimientos durante el Pleistoceno y fue habitado en diferentes épocas por humanos modernos, neandertales e incluso especies humanas anteriores. El nuevo hallazgo de Misliya abre la posibilidad de cambios demográfico e incluso la mezcla genética entre humanos modernos y otras poblaciones locales mucho tiempo antes de lo que se pensaba. De hecho, los hallazgos de Misliya concuerdan con las predicciones genéticas que postulaban una migración temprana hace más de 220,000 años, pero que se basaron solo en modelos computacionales de ADN. Ahora por fin hay pruebas materiales que confirman la historia que nos cuenta nuestro propio ADN.
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