La creencia de que los animales pueden predecir los terremotos ha existido durante siglos. Cada vez son más los investigadores que sugieren vínculos entre el comportamiento de los animales y los terremotos. De hecho, hay una larga historia de informes sobre animales domésticos, animales de zoológico y animales salvajes actuando de manera extraña en los días o minutos anteriores a un movimiento sísmico.Un famoso ejemplo de este tipo de extrañas conductas se registró en Hélice, una antigua ciudad griega. Durante el invierno del año 373 a.C., todos los ratones, martas, serpientes, ciempiés, escarabajos y todas las demás criaturas se marcharon del lugar. De acuerdo los escritos del autor romano Claudio Eliano, poco después de que huyeran todas estas criaturas se produjo un gran terremoto durante la noche y una inmensa ola hizo desaparecer Hélice.
Pero hay muchos más casos muy bien documentados. En febrero de 1975, un terremoto de 7,3 grados de magnitud sacudió Haicheng, una ciudad de más de 1 millón de personas situada en la provincia china de Liaoning. Pero un día antes, los funcionarios de la ciudad ordenaron una evacuación basada en parte a los informes del extraño comportamiento animal durante su hibernación: las serpientes abandonaron sus refugios meses antes de lo normal. La rápida evacuación de Haicheng salvó la vida de miles de personas.
Pero ahora tres peces remo, que normalmente viven en las profundidades del océano, han aparecido misteriosamente en las costas de Filipinas, lo que podría ser una señal de un inminente gran terremoto.
Tres peces considerados “mensajeros del mar” han llegado a las costas de Filipinas, suscitando el miedo entre la población sobre un inminente gran terremoto. El pez remo, que puede crecer hasta más de 17 metros de longitud, se encuentran generalmente a profundidades de entre 200 y 1.000 metros, pero desde el 8 de febrero, tres ejemplares han sido encontrados en la costa norte de la isla de Mindanao, al sur del archipiélago.
La última “criatura de las profundidades” fue encontrado el sábado en una playa en la ciudad de Cagayán de Oro. De acuerdo el tabloide británico Daily Mirror, el ejemplar medía más de 4 metros de largo y murió posteriormente. Sin embargo, el mes pasado apareció otro pez remo en una playa de la provincia vecina de Agusan del Norte, también en la isla de Mindanao. Curiosamente, un pescador lo encontró dos días antes de que un terremoto de 6,7 grados de magnitud sacudiera la isla.
Por lo que no nos debe sorprender que poco después de que los medios locales se hicieran eco de la noticia, el pánico se extendió por las principales ciudades costeras de Filipinas. Y no es para menos, ya que encontrar un pez remo gigante varado en una playa es un hecho poco habitual, porque es una especie de aguas profundas que rara vez se ven. Poco antes del terremoto y tsunami de Japón de 2011, uno 20 peces remo aparecieron muertos en las playas de la zona.
El pez remo es conocido en Japón como ryugu no tsukai o “mensajero del palacio del dios del mar”, algo así como una versión de la naturaleza de los profetas de la fatalidad. Incluso pescadores japoneses encontraron decenas de criaturas marinas de las profundidades poco antes de que un fuerte terremoto de 8,8 grados de magnitud sacudiera Chile en marzo de 2010.
¿Por qué los animales pueden “predecir” terremotos?
Los científicos no se ponen de acuerdo sobre si los animales pueden sentir los terremotos. Algunos investigadores encontraron que la actividad animal coincide con perturbaciones presísmicas en la ionosfera, detectadas por frecuencias de sonido extremadamente baja. Un grupo de físicos de la Universidad de Virginia, que estudió el comportamiento de los animales antes de los terremotos, descubrió que las rocas, cuando se aplastan bajo alta presión imitando la fuerza de un terremoto, emitía altos niveles de gas al ozono. Kiyoshi Wadatsumi, experto en sismología ecológica, dijo el Japan Times en 2010 que “los peces de aguas profundas que viven cerca del fondo del mar son más sensibles a los movimientos de las fallas activas que los que están cerca de la superficie del mar”.
Estas son las hipótesis que nos ofrece la comunidad científica, aunque también cabe la posibilidad de que los animales posean un sexto sentido para percibir catástrofes naturales. Como nada ha quedado del todo demostrado, caben todas las posibilidades
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