Se han detectado niveles anormales en Noruega, Finlandia, Polonia, República Checa, Alemania, Francia y España, pero sin que ello suponga una amenaza para la salud. Según la Autoridad Noruega de Protección Radiactiva, el movimiento de las partículas sugiere que han viajado desde el Este de Europa.
Todo comenzó en el mes de enero. Entonces se detectó una fuente de pequeñas cantidades de radiación nuclear (yodo-131) en el norte de Noruega. Poco después se detectan trazas a nivel del suelo en Finlandia, Polonia, Alemania, República Checa, Francia y España. Ha pasado más de un mes y nadie sabe su origen. Antes de continuar con la historia conviene aclarar que lo más desconcertante de este extraño evento no es el nivel de radiación detectado, lo que trae de cabeza a científicos y amigos de la conspiración es saber su origen, ¿de dónde demonios ha salido el yodo radioactivo?
Usos del yodo radioactivo
Cuando hablamos de yodo-131 nos referimos a un radioisótopo del yodo que fue descubierto en 1938. Se calcula que tiene un período de vida de entre 6 y 8 días. En cuanto a su asociación, suele aparecer cuando hablamos de energía nuclear, cuando estamos ante procedimientos de diagnóstico y tratamientos médicos o para la producción de gas natural. Además, juega un rol central como isótopo radioactivo presente en los productos de una fisión nuclear.
Por tanto, es muy posible que te suene de haberlo escuchado asociado a los problemas de salud durante las pruebas de bombas atómicas que tuvieron lugar en la década de los 50, o quizás por el accidente de Chernóbil o más cercano en el tiempo con la crisis de la central nuclear de Fukushima.
Por suerte en esta historia que comenzó en el mes de enero, parece que no hay que temer por los niveles de radiación encontrados. El 13 de febrero el instituto francés IRSN, el organismo público para los riesgos radiológicos y nucleares, anunció que los niveles de yodo-131 aparecidos en los países europeos habían vuelto a la normalidad, aunque los científicos seguían tratando de determinar la fuente de la radiación.
En realidad, la primera voz de alarma se dio semanas antes. A mediados de enero la Radiation protection Authority (NRPA) de Noruega detectaba por primera vez el yodo radioactivo. Según explicaron se encontraba sobre la frontera norte de Rusia. Obviamente, desde entonces saltaron las alarmas. Como decíamos antes, la vida media del yodo-131 es de ocho días máximo, por lo que su detección en la atmósfera suponía una prueba real de un reciente lanzamiento pero, ¿de dónde?
Hay rumores para todos los gustos. Dado el origen no faltan aquellos que insinúan que Rusia ha probado en secreto algún tipo de arma nuclear de bajo rendimiento en el Ártico, posiblemente en la región de Novaya Zemlya, área donde en el pasado han llevado a cabo ensayos nucleares. No es descabellado desde el punto de vista histórico. Las pruebas nucleares que tuvieron lugar en la década de los 50 no fue una exclusividad de Estados Unidos, Rusia también participó en la carrera. Ocurre que el yodo-131 no sólo se asocia con la energía nuclear, también con la industria farmacéutica. Por ejemplo, es bastante común el uso del mismo para tratar enfermedades relacionadas con tiroides o tipos de cáncer. Según contaba a Motherboard Astrid Liland, del NRPA:
Puesto que sólo se midió el yodo-131 y ninguna otra sustancia radiactiva, creemos que proviene de una compañía farmacéutica que produce fármacos radioactivos. El yodo-131 se utiliza para el tratamiento del cáncer.
No son los únicos. La Society for Radiological Protection del Reino Unido también ha comunicado que la presencia exclusiva del yodo radioactivo sugiere que la fuente no es un incidente nuclear, sino una instalación médica como un hospital o un proveedor de radiofármacos, aunque también aclaran que hoy por hoy todo es especulación.
¿Quién lo ha propagado?
De ser así, ¿qué compañía estaría trabajando con el yodo-131? La NRPA ha explicado que su origen es incierto debido al clima de la zona. Los vientos cambian constantemente y ha sido imposible rastrear con exactitud su procedencia, aunque apuntan a una fuente de liberación en algún lugar de Europa del Este.
Una nube de yodo que ha acabado movilizando a la Fuerza Aérea de Estados Unidos, quienes enviaron un avión especializado en el examen de este tipo de partículas. Según The Aviationist, el 17 de febrero se desplegó el avión en el Reino Unido con un equipo que debe probar la naturaleza de la radiación en la atmósfera de Europa.
El último informe al respecto ha aparecido a través de la Organización para el Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (OTPCE), el organismo que realiza un seguimiento de las posibles pruebas de armas nucleares. La organización ha explicado que:
Aunque algunas lecturas del yodo-131 por encima del nivel de detección mínimo se han observado desde el comienzo del año en Europa, no hemos medido nada extraordinario.
Así que las investigaciones siguen su curso. Mientras tanto, nadie sabe con exactitud el origen de este misterioso punto de radiación que se extendió en Europa, un acontecimiento que no plantea ningún riesgo para la salud, aunque sus implicaciones y la propia naturaleza de su uso deben ser aclaradas.
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