Para los investigadores, este boquete es el responsable de la crítica subida de los niveles de radiación, que han alcanzado en las últimas semanas los 530 sieverts por hora.
La central nuclear de Fukushima I, accidentada a
causa del tsunami que azotó Japón en 2011, vuelve a estar en el centro de la
atención y preocupación internacional.
Tokio activó la alarma en el país la semana pasada tras descubrir el origen
del repentino aumento del nivel de radiación en la zona de la instalación
nuclear: un agujero de unos dos metros de
diámetro en el reactor ‘Número dos’ que ha provocado una
fuga, informa ‘The Japan Times’.
La brecha fue descubierta por investigadores de TEPCO, la empresa
constructora y gestora de la central, que en su informe más reciente sobre la
situación de Fukushima I explican que la fuga se encuentra en una rejilla
metálica por debajo y dentro del recipiente de presión del reactor.
La brecha fue descubierta gracias a un brazo mecánico con una cámara que
grabó esta zona, prácticamente inaccesible, del interior del reactor. El agujero habría sido provocado por una de las fugas
de combustible nuclear fundido que afectó a la central y que afectó
directamente al recipiente. Dichos restos de combustible fueron localizados en
torno al agujero.
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