A SU AMADA HIJA LUZ DE MARÍA
Miré a Cristo sentado contemplando el camino.
Me llamó y me acerqué.
Él continúa mirando y no me habla.
Yo mirándolo , trato de llenar mi mente con varios pensamientos…
Me dice Cristo:
Nada de lo que piensas es lo que siento: estos son Mis hijos a los que amo, esos que me desprecian y se rebelan contra Mí. Ellos son Mi Pueblo, como lo son los que me aman.
Yo, sin saber qué responder al dolor de las Palabras Divinas, guardo silencio.
Cristo:
Mi Amor supera todo lo que son esas criaturas Mías. ¡Ah!, pero el que las ame no impide que Mi Justicia se cumpla en cada uno de los que amo.
Luz de María:
Yo escucho en silencio.
Y me dice Cristo:
La falta de amor de los padres hacia los hijos es lo que ha llevado a que los hijos no respeten a sus padres. Esa falta de amor y falta de justicia es lo que mantiene a la juventud sin valores.
Mira, amada Mía, mira esos cuerpos desnudos con símbolos que representan a Mi Iglesia. Es doloroso para Mí y esto hizo más pesada Mi Cruz camino al Calvario. Todo esto lo viví por cada criatura humana que en este instante Me ofende.
Mira cómo derriban las Cruces de Mis Templos, y no son precisamente los que no me aman o se rebelan para seguir a los demás. Mira cómo derriban Mis Templos los que dicen amarme falsamente y se esconden en la oscuridad para coronarme de espinas.
Amada Mía, ¿cómo debe ser Mi Pueblo?
Luz de María:
Le respondo: Señor, un Pueblo santo, santo.
Cristo:
Amada, no deseo un Pueblo moderno, deseo un Pueblo respetuoso de la sana Doctrina, cumplidor de Mis Mandamientos, cumplidor de Mi Voluntad. LOS MODERNISMOS ME CAUSAN NÁUSEAS, CADA MODERNISMO QUE IMPERA DENTRO DE MI IGLESIA ES UN NUEVO FLAGELO QUE PADEZCO.
El mal lleva al hombre a su propia destrucción. Viven la guerra y lo niegan, viven la guerra fraccionada. Ya verán el estremecer de la tierra ante las provocaciones de unas naciones hacia otras. Algunos de Mis hijos viven con la mente en su vida, en su querer humano, en lo inmediato, no miran más allá de lo que pueden ver con una mirada corta. Por ello, niegan la guerra y la guerra en breve llegará con sus contiendas, dolores e invasiones. La organización integrada por gran parte de países dará un mal paso y esto será una gran provocación que detonará en un gran conflicto.
Amada, el hombre se agrede constantemente, no sólo físicamente sino psicológica y espiritualmente. La agresividad se desborda en instantes en las criaturas, detonando dardos venenosos a quienes tiene a su lado. Pocos hogares viven como iglesias domésticas. La mayoría de los miembros de las familias son fruto del temor ante la ira del más fuerte en el hogar.
Amada, ¿cuántos avisos he dado a Mi Pueblo para que se detenga?
Luz de María:
Señor, son incontables, pero se pierden en una leída, ¿será que pocos son los hermanos que realmente viven Tu Palabra?
Cristo:
Amada, así es, son pocos los que se detienen y analizan Mi Palabra. Algunos no la analizan porque no les conviene enfrentar la consciencia… ¡Necios, qué pobreza de corazones!, se mienten a sí mismos antes de enfrentar su realidad personal y enmendar los errores.
Luz de María:
Cristo me muestra cantidad de niños muy desnutridos y enfermos, miro como las madres de esos niños, tratan de llorar y las lágrimas no les salen de sus ojos: ¡lloran con el corazón!
Verdaderamente aterrador, lo que miro es realmente aterrador.
Verdaderamente aterrador, lo que miro es realmente aterrador.
¡Cuántos inocentes, me siento desfallecer!, desearía salvar a todos esos niños, algunos tienen sus cuerpos llagados.
De inmediato Cristo me presenta otra Visión:
Grandes cadenas que venden comidas rápidas, botan los productos que no han vendido en el día.
Luego, Cristo me muestra mansiones en donde los niños de las familias que habitan ahí, no aceptan los alimentos que les ofrecen y son tirados a la basura.
De inmediato, me muestra una reunión, reconozco algunos de los presentes, quienes sin sentir ni un leve dolor en el corazón por lo que deciden, votan afirmativamente para que en África continúen muriendo nuestros hermanos a causa del hambre.
Me hace mirar hacia India y tanta pobreza contrasta con el lujo de unos cuantos.
Cristo:
Amada Mía: así es el hombre de este instante, más cruel con sus hermanos que en otras generaciones. El genocidio pasa como una sombra de un confín a otro, sin que la consciencia mueva corazones.
Cristo se lamenta por la desobediencia del hombre y me dice: Mis servidores no deben vivir en la opulencia, sino con dignidad.
Amada, el espíritu del hombre se ha saturado de maldad, tanto que ha llegado a transgredir Mis Designios, mediante la ciencia mal empleada. Los gobernantes permiten que con la ciencia se manipule algunos fenómenos atmosféricos. En este instante el clima ya no es el mismo por la manipulación del hombre y porque la Creación desconoce al hombre.
Diles a tus hermanos que oren por Asia, padecerá en demasía.
Mis hijos intentan superarme y en su afán han alterado toda la Creación, y con la Creación, han alterado el organismo humano, provocando una serie de enfermedades causadas por la irresponsabilidad de la misma Humanidad.
Diles a tus hermanos que oren por las pestes que les azotan y que les azotarán con frecuencia, siendo una mayor que la otra.
Diles que oren el Rosario de Mi Preciosa Sangre (1), y que utilicen cuanto Mi Madre les ha dado para combatir las pestes y plagas. (2)
Luz de María:
Cristo me muestra a Su Madre y Madre nuestra, cobijando con Su Manto gran cantidad de criaturas humanas que gimen y suplican a la vez para que la enfermedad no haga presa de ellos.
Luego, en un instante, Cristo me dice: mira, amada Mía, cómo los invasores se apropian de Europa, mira cómo marchan dejando todo en llamas. Y miro tanta calamidad y opresión que el corazón se me oprime ante tal destrucción y dolor.
Cristo me dice:
Diles a tus hermanos que oren por Francia, París dejará de sonreír, será enmudecida por el terrorismo.
Diles a tus hermanos que oren por Estados Unidos, el actuar de sus gobernantes ha creado tantos enemigos como gobernantes ha habido. Diles que la tierra se estremecerá con gran fuerza.
Amada Mía: no todo es dolor si Mis hijos son fieles, si se esfuerzan por permanecer en Nuestra Voluntad ofreciendo cuando padecen por la salvación de sus hermanos.
Yo bendigo el camino de quien es perseverante, de quien se mira y reconoce el mal proceder.
Yo bendigo el camino de Mis hijos para que despierten y la buena disposición hacia el hermano sea cada instante mayor. Mis manos limpian el sendero de quienes caen y se levantan, para que el peso de las caídas no les deje postrados, sino se levanten y con fe sean criaturas renovadas y dispuestas a alcanzar la meta en donde Yo les espero.
Mi Pueblo debe instruirse, adentrarse en Mi Palabra, conocerme para que no me teman, sino se adentren en Mi Misericordia…
Mi Pueblo debe ser más espiritual para que comprenda Mis Palabras y anhele cumplirlas. Quien no es espiritual en este instante, tiene ante sí un gran detente.
Amada, la Humanidad ha aprendido a engañarse y odia a quien le habla la Verdad, prefieren discurrir sin detenerse en lugar de mirarse verdaderamente. Quienes niegan la explicitación de Mi Palabra, en su necedad perecerán.
SOY AMOR, SOY PERDÓN, SOY RECONCILIACIÓN, SOY CARIDAD, SOY EL INFATIGABLE MENDIGO DE AMOR, SOY EL ETERNO BUSCADOR DE ALMAS, SOY MISERICORDIA, SOY LA VERDAD INFINITA.
VENGAN A MÍ, HIJOS, VENGAN A MÍ.
Habrá otro instante en donde la paz sea el aire, la tierra, el agua y el fuego. Otro instante de paz infinita…
En este instante, serán acrisolados, luego renacerá en cada uno de Mi Pueblo el amor y con el amor, el hombre espiritualizado me llamará: Padre, y serán Mis hijos.
Les bendigo.
Su Jesús.
AVE MARÍA PURÍSIMA, SIN PECADO CONCEBIDA.
AVE MARÍA PURÍSIMA, SIN PECADO CONCEBIDA.
AVE MARÍA PURÍSIMA, SIN PECADO CONCEBIDA.
AVE MARÍA PURÍSIMA, SIN PECADO CONCEBIDA.
AVE MARÍA PURÍSIMA, SIN PECADO CONCEBIDA.
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