mws_top_bg_imageY aunque en la mayoría de culturas son dioses, hechiceros o algún otro avatar con capacidades sobrehumanas los que cambian su propio aspecto o el de otros, transformándose frecuentemente en diversos animales, encontramos que en el folklore popular localizado en el lejano oriente, este fenómeno se lleva a cabo en sentido contrario. En la mayoría de relatos que describen situaciones de este tipo, son extraños seres mágicos con forma animal los que adoptan forma humana para pasar desapercibidos o conseguir algún fin en concreto.
De entre las naciones orientales China cuenta con conocidos relatos que remarcan esta característica. Uno de ellos es el conocido como ‘’la leyenda de la serpiente blanca’’ y se cuenta entre una de las grandes tradiciones orales de país.
El relato comienza con uno de los ocho inmortales de la mitología propia de este país disfrazándose de un vendedor de comida ambulante e intentando vender su producto a los viajeros que  se disponían a cruzar un conocido puente de la zona. Un chico llamado Xu Xian decidió comprarle al vendedor un plato de lo que él creía que era comida caliente pero que, en realidad, contenía píldoras para la inmortalidad que el comerciante disfrazado había escondido entre el alimento con anterioridad. El chico, en principio, no notó ningún cambio reseñable tras la ingesta de las mágicas píldoras pero poco tiempo más tarde comenzó a perder el apetito. Pasaba el tiempo y no sentía la necesidad de comer, así que decidió volver al puente a pedir explicaciones al supuesto vendedor.
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Cuando se encontró ante él demandó razones y motivos. El inmortal ante las exigencias simplemente se rió y a continuación le llevó al centro del puente donde le sostuvo en vilo y boca abajo hasta que el chico acabó vomitando la comida junto con las píldoras de la inmortalidad en las aguas del lago sobre el que aquel puente cruzaba.
Y en ese lago se hallaba el espíritu de una serpiente blanca que había estado incontables años practicando las artes mágicas del taoísmo con la intención de alcanzar la inmortalidad ella misma gracias a su esfuerzo y una vez hubiera dominado las mágicas artes. La serpiente ingirió entonces todas las píldoras que cayeron al lago y que aumentaron sus capacidades mágicas y su esperanza de vida sustanciosamente.
Así, la serpiente, ahora más poderosa, se encontró con un mendigo en mitad del camino durante uno de sus viajes. Este mendigo había atrapado una pequeña culebra verde, de la que se apiadó la serpiente blanca que determinó adquirir en ese momento la apariencia de una mujer para comprar la vida del reptil y liberar al animal de las manos del mendigo que se disponía a darle muerte. La culebra quedó tremendamente agradecida a la serpiente blanca y ambas se volvieron inseparables.
Pasó el tiempo desde aquel evento y ambas serpientes se encontraron, tras 18 años, en mitad del festival de los ancestros. Las dos se transformaron en jóvenes mujeres para poder mezclarse entre el gentío y disfrutar del festival.
Allí conocieron a Xu Xian que protagonizó una romántica escena en la que resguardaba a la serpiente blanca de la lluvia bajo su paraguas dando pie a una historia de amor que compartirían muchos años.
Sin embargo, cuando las píldoras mágicas cayeron a las aguas del lago, la serpiente blanca se hizo con todas, sin percatarse de que allí se encontraba otro espíritu mágico, el de una tortuga, que también entrenaba con el mismo ímpetu para alcanzar la inmortalidad y a la que no dejó acceder a las píldoras.
Durante todos los años que la serpiente con su disfraz humano había estado guardando el secreto de su verdadera naturaleza a marido, la tortuga se había llenado de rencor y había dedicado sus días a entrenar y desarrollar sus artes mágicas hasta conseguir la capacidad para tomar el aspecto de un ser humano.
De este modo se transformó en un monje budista y se presentó ente Xu Xian aconsejándole que durante el festival que estaba próximo a tener lugar, su mujer debía de ingerir el vino típico de aquellas fiestas. El marido de la serpiente obedeció al moje y durante el festival le aconsejó asimismo a su esposa que probara de la bebida. Al hacerlo, la que había permanecido tantos años como una bella mujer, reveló sin poder evitarlo, su verdadero aspecto: una gran serpiente blanca.
Su marido, al darse cuenta de que su mujer no era humana, sino que había desposado a un reptil, entró en estado de shock y falleció.
Tras esto, la serpiente blanca, descorazonada y acompañada por la fiel serpiente verde, viajó al monte Eimei, uno de los cuatro montes sagrados según el budismo chino, localizado en la provincia de Sichuan. Allí ambas sortearon grandes peligros hasta conseguir hacerse con una hierba mágica que utilizaron para devolverle la vida a Xu Xian y desenviudar a la serpiente blanca.

El monte en el  encuentran la hierba mágicas para revivir a Xu Xian es uno de los montes sagrados en China
En el mismo momento en el que el hombre vuelve a la vida, entiende que ama a su esposa sin importar su naturaleza y decide permanecer a su lado.
Pero el corazón del espíritu de la tortuga continuaba lleno de ira y elucubró un nuevo plan con el que vengarse de la serpiente y conseguir separar a la pareja. Secuestró a Xu Xian y lo mantuvo cautivo en un templo al que las dos serpientes tuvieron que encaminarse para poder rescatarle. Al llegar allí se enfrentaron en contienda contra la iracunda tortuga y finalmente la serpiente blanca hizo uso de sus poderes para inundar el lugar ahogando a todo el que allí dentro se encontraba.
Sin embargo desconocía que en aquel momento sus poderes estaban limitados debido a que la otrora serpiente estaba encinta y no consiguió rescatar a su marido, aunque tiempo más tarde éste logró escapar sin que su captor sospechara y reunirse con su mujer para ver nacer a su hijo.
De nuevo el odio que sentía la tortuga le inflamó el corazón y se las ingenió para encontrar a la familia y llevar a cabo otro plan. Cuando llegó al lugar se encontró con la serpiente, ahora madre, y la retó en duelo. Esta vez la tortuga salió victoriosa y secuestró a la serpiente para encerrarla en una pagoda.
Durante 20 años estuvo cautiva añorando ver a su hijo crecer hasta que su compañera, la serpiente verde a la que hacía lejanos años que había rescatado, descubrió dónde se localizaba su prisión, se dirigió al lugar y se batió en combate contra el espíritu de la tortuga, al que finalmente consiguió derrotar y salvar a la serpiente blanca convirtiéndose así en la salvadora de su salvadora.
De este modo la serpiente blanca pudo reunirse con su familia.
Resulta muy intrigante el hecho de que existan relatos, muy abundantes en Oriente, en los que los cambios de forma tan comunes en diversas fuentes, se den a la inversa, presentando a extraños seres que serían capaces de adoptar forma humana y pasar completamente desapercibidos ante cualquier mirada. ¿Qué referencia tomaron los antiguos creadores de estas historias como inspiración?
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