Actualmente es el mejor lugar para buscar vida más allá del Sistema Solar. Tienen tamaños y temperaturas similares a las de Venus y la Tierra. Los tres orbitan alrededor de la estrella enana ultrafría TRAPPIST-1.

Este tipo de estrella es muy común en la Vía Láctea, pero es la primera vez que se descubren planetas gravitando a su alrededor. Los astrónomos hicieron este hallazgo tras detectar que esta estrella se desvanecía a intervalos regulares, lo que significa que varios objetos pasaban entre ella y la Tierra.
“Si queremos encontrar vida en otros lugares del Universo, ahí es donde debemos comenzar a buscar”, ha explicado el responsable del equipo de astrónomos, Michaël Gillon, del Instituto de Astrofísica y Geofísica de la Universidad de Lieja, Bélgica. “Con la tecnología actual, los sistemas alrededor de estas pequeñas estrellas son los únicos lugares donde podemos detectar vida en un exoplaneta del tamaño de la Tierra”, subraya.
Emmanuël Jehin, coautor de la investigación publicada en Nature bajo el título Temperate Earth-sizes planets transiting a nearby ultracool dwarf star, cree que “realmente se trata de un cambio de paradigma con respecto a qué camino seguir” en la búsqueda de planetas y vida en el universo.
“Hasta ahora, la existencia de estos “mundos rojos” orbitando alrededor de estrellas enanas ultrafrías era puramente teórica, pero ahora tenemos, no un solitario planeta alrededor de una estrella roja débil, ¡sino un sistema completo de tres planetas!”, añade Jehin.
Julien de Wit, del Instituto de Tecnología de Massachussetts, (MIT, EEUU) considera que “es un paso gigante en la búsqueda de vida en el Universo”, según recoge Efe.
‘Años’ de apenas días y más cerca de su sol

“Con periodos orbitales tan cortos, los planetas están entre 20 y 100 veces más cerca de su estrella que la Tierra del Sol. La estructura de este sistema planetario es mucho más similar en escala al sistema de lunas de Júpiter que al del Sistema Solar”, señala Michaël Gillon.
Paradójicamente, los dos planetas más cercanos reciben solo cuatro y dos veces la radiación que recibe la Tierra, mientras que el tercero, exterior, probablemente reciba menos que la Tierra.
Determinar el tamaño de estos tres planetas ha sido posible gracias a aparatos ópticos más grandes, como el instrumento HAWK-I, instalado en el telescopio de largo alcance (VLT, por sus siglas en inglés, y de ocho metros), situado en el Observatorio La Silla. Actualmente están en construcción varios telescopios gigantes con los que De Wit confía poder estudiar estos planetas y su atmósfera, “primero en busca de agua y luego de trazas de actividad biológica”.
El ESO espera abrir una nueva vía para la caza de exoplanetas que pudieran ser habitables, “primos” de la Tierra con condiciones similares, como los descubiertos con este estudio.
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