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viernes, 6 de mayo de 2016

Un enorme incendio obliga a evacuar una ciudad de 80.000 habitantes en Canadá


No es frecuente que un incendio forestal obligue a desalojar una ciudad entera de 80.000 habitantes, pero eso es lo que ocurrió ayer en Fort McMurray, en la provincia de Alberta, en el noroeste de Canadá. El siniestro que se desató el domingo, alimentado por temperaturas inusualmente elevadas para la zona y la época del año, enfiló hacia el centro de la ciudad empujado por los fuertes vientos y dejó a su paso un rastro de destrucción en varios barrios, lo que llevó a las autoridades locales a ordenar la evacuación obligatoria de los residentes.
«Sean pacientes, conduzcan con cuidado y, por favor, cedan el paso a los vehículos de emergencia», explicaron desbordadas por la violencia de las llamas, que convirtieron en cenizas los miles de viviendas que se interponían a su avance en las zonas de Beacon Hill y Centennial Trailer Park. «Es el peor día de mi carrera. La ciudad ha sido arrasada por el fuego. Esto es un infierno», acertó a decir el compungido jefe de bomberos, Darby Allen.
«Son incendios catastróficos y la situación es explosiva», explicó el responsable forestal de Alberto, quien calculó en 10.000 las hectáreas que ya han sido calcinadas. Según dijeron, las autoridades no tienen constancia hasta el momento de que el fuego haya causado víctimas mortales.
Pese a ello, justificaron la decisión de evacuar la localidad por dos razones: las previsiones hacen temer que el siniestro incremente aún más sus dimensiones. Además, llegó a bloquear la única autopista que conecta Fort McMurray con el sur de la provincia, amenazando con dejar sin vías de escape a la ciudad.
El momento más dramático de la evacuación se produjo, posiblemente, en el único hospital de la ciudad, el Centro Médico Regional Northern Lights, cuyos pacientes y personal tuvieron que ser sacados de las instalaciones después de que las llamas se acercaran al lugar. Ahora el reto logístico consiste en dar cobijo a las 80.000 personas que abandonaron la localidad.
Las comunidades vecinas, así como las principales empresas que operan en la región, uno de los principales centros petrolíferos de Canadá, han abierto centros improvisados para atenderlos.

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