“El líder sirio Bashar Al Assad debe dejar el cargo voluntariamente o por la fuerza”, dijo el ministro de Relaciones Exteriores saudita Adel al-Jubeir el pasado martes en Nueva York, rechazando la posición de Rusia de incrementar el apoyo a su aliado.
Advirtió que otros países intensificarán el apoyo a los rebeldes de la oposición moderada de Siria, no dejando a Assad con más opciones que dimitir o, según sus palabras “enfrentarse a la opción militar”.
También despreció la participación de Irán en la alianza con Rusia, describiendo a Teherán como una “potencia ocupante” en Siria, y acusando al país árabe de fomentar el terrorismo y el extremismo en la región. “Irán es parte del problema y no puede ser parte de la solución. Se deben retirar sus fuerzas de Siria y las milicias chiítas que entran al país. Entonces podríamos hablar de una solución diplomática”.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, y el presidente de Irán Hassan Rouhani llegaron a la Asamblea General de la ONU en Nueva York esta semana para instar al mundo a apoyar a Assad y derrotar al Estado islámico.
Putin propuso una resolución del Consejo de Seguridad para gobernar la acción militar extranjera en Siria, pero Arabia Saudí, miembro clave de la coalición liderada por Estados Unidos, rechazó la propuesta.
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