Alemania, el país que más depende de la energía solar en el mundo, se prepara para afrontar el mayor eclipse solar en 15 años, que tendrá lugar el 20 de marzo. Las consecuencias pueden ser impredecibles, estiman los expertos.
El problema reside en el hecho de que el principio básico de las redes eléctricas se basa en el equilibrio perfecto que el suministro y la demanda de energía guardan entre sí en cada momento, algo que el eclipse trastocará. Será una experiencia sin precedentes para para Alemania, ya que en el 1999 solo un 1% de su energía era de origen solar.
En cambio, durante un eclipse, el sol desaparece y reaparece casi instantáneamente, desestabilizando todo el sistema, por lo que las consecuencias pueden ser impredecibles.
En Alemania son perfectamente conscientes de ello, por lo que llevan tiempo preparándose para el eclipse. Primero, las plantas eléctricas que usan gas natural emitirán energía extra. A diferencia de plantas que usan carbón, las de gas sí que son capaces de hacerlo rápidamente. Además, los productores de energía podrían pedir a los mayores consumidores, es decir, a las grandes industrias, que reduzcan su producción y el consumo de energía en el momento crítico.
Finalmente, un elemento “auxiliar” podría echarle una mano a Alemania el próximo 20 de marzo: el tiempo nublado, que atenuaría las consecuencias del eclipse. También favorece a Alemania el hecho de que el eclipse no abarque todo el territorio del país al mismo tiempo, ya que se irá desplazando paulatinamente de este a oeste.
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