Afirma que accionó el botón que ordenaba al aparato la pérdida de altitud. Alemania informa de que no existen indicios de "trasfondo terrorista". Lufthansa subraya que Andreas Lubitz había superado los tests psicológicos y tenía una actitud "impecable". Los restos de los primeros cuerpos rescatados ya están siendo identificados
La investigación en torno al accidente del Airbus A320 de Germanwings que el pasado martes acabó con la vida de 150 personas al estrellarse en los Alpes franceses ha dado un vuelco. Según ha explicado el fiscal de Marsella, Brice Robin, la principal hipótesis se centra ahora en que el accidente pudo deberse a un suicidio o un acto voluntario del copiloto, Andreas Lubitz, de 28 años. “Creemos que el copiloto quiso, voluntariamente, destruir el avión. Hay un silencio absoluto durante los últimos diez minutos hasta el impacto pero se le oye respirar. También se oyen los gritos del exterior de la cabina”, ha recalcado Robin en su intervención. En este mismo sentido, el ministro de Interior alemán, Thomas de Maizière, ha informado de que, según las fuerzas de seguridad nacionales, en el copiloto del avión siniestrado el martes en los Alpes franceses no se aprecian “indicios de trasfondo terrorista”.
Al parecer, el comandante, Patrick S. habría dejado al copiloto los mandos del avión para ir, “seguramente, al baño”. Cuando el comandante vuelve a la cabina, “hay una acción voluntaria del copiloto de no dejarle entrar y de presionar el botón con el que el avión empieza a perder altitud”. Robin ha señalado también que el copiloto es de nacionalidad alemana y que no está incluido en la lista de terroristas. En este sentido, ha dejado muy claro que “hasta el momento no hay ninguna información que avale la hipótesis de una acción terrorista”. La Fiscalía espera ahora información de las autoridades alemanas acerca de Andreas Lubitz. “Desconocemos la razón del copiloto, pero parece claro que quería destruir el avión”. El copiloto contaba con 630 horas de vuelo a sus espaldas.
El máximo responsable de Lufthansa ha explicado también que Andreas Lubitz comenzó su formación en 2008 y que empezó como auxiliar. “Suspendió durante unos meses su formación y luego se reincorporó tras pasar de nuevo las pruebas de actitud”, ha dicho.
Spohr ha dejado claro que “ningún sistema en el mundo podría evitar” el acto de copiloto. “Sean cuales fueran las medidas de seguridad que puedan tenerse en una compañía, o el rigor de los procedimientos, nada podría impedir semejante acto aislado”, ha dicho.
Hasta el momento se sabía que uno de los dos pilotos se había quedado fuera, tal y como establecían las grabaciones contenidas en la caja negra encontrada, según ha señalado a la agencia AFP una fuente cercana a la investigación, confirmando así una noticia publicada por el diario estadounidense ‘The New York Times’.
“Al inicio del vuelo, se oye a la tripulación hablar normalmente y después se oye el ruido de una de las sillas que se mueve, una puerta se abre y se cierra, ruidos que indican que alguien llama a la puerta y ya no hay más conversación a partir de ese momento hasta que se estrella“, dijo esta fuente, que tuvo acceso a la caja negra.
Los dos pilotos hablaban en alemán. Al final, suenan las alarmas que indican la proximidad del suelo, dijo esta misma fuente que no pudo confirmar si era el capitán o el copiloto el que había salido de la cabina. Otra fuente cercana al caso afirma que el copiloto había entrado “recientemente en la compañía”, a “finales de 2013″, y que contaba “con cientos de horas de vuelo”. Según esta fuente, no se ha podido precisar su nacionalidad.
Estas informaciones se han podido obtener de las grabaciones contenidas en la caja de negra hallada. Los investigadores encontraron el ‘cockpit voice recorder’ (CVR) el martes poco después de la catástrofe y este miércoles han podido escuchar el contenido.
Comienza la identificación de los restos
Mientras la investigación avanza, los equipos de rescate han comenzado la evacuación de los restos de las víctimas del avión de Germanwings que se estrelló el martes en los Alpes franceses, según han informado las fuerzas desplegadas sobre el terreno a FranceTVinfo y ‘Le Figaro’. Los restos de los primeros cuerpos rescatados ya están siendo identificados por los forenses, antes de ser trasladados a la capilla ardiente.
“La evacuación en helicóptero de los cuerpos de las víctimas ha comenzado”, ha confirmado horas antes un coronel de la Gendarmería al periódico galo, sin entrar en más detalles. Los investigadores han interrumpido el rastreo de la zona desde las 18.30 horas por la falta de luz. Como ocurriese el martes, cinco miembros del Pelotón de Gendarmería de Alta Montaña han tomado el relevo para asegurar el área.
Francia no escatima esfuerzos y han desplegado un pequeño ejército de profesionales de las fuerzas de seguridad, de protección civil, médicos y técnicos en catástrofes para recuperar los restos de las víctimas e investigar el accidente del Airbus 320. Son cerca de un millar de personas que se han desplazado hasta la tranquila localidad de Seyne-les-Alpes, donde han desplegado todo un campamento logístico y médico.
En España
Mientras tanto en España el Gobierno ha celebrado, bajo la dirección de la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, la tercera reunión del gabinete de crisis constituido en Moncloa. En ese encuentro se ha rebajado a 50 el número de víctimas españolas. El Ejecutivo contabilizó ayer 51 pasajeros de nuestro país afectados, pero uno de ellos, aun habiendo residido en España durante más de 20 años, carecía de la nacionalidad. “La familia de esta víctima será atendida con el mismo cariño”, ha garantizado el secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez.
Por otro lado, cuatro funcionaros de la Policía Científica se han integrado en los equipos de análisis de los restos en Paris, y dos más, se encuentran en el lugar en el que se estrelló el avión para proceder a las labores de recuperación de cuerpos y reconocimiento
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