Se extenderían a lo largo de kilómetros y aún así podrían ser estructuralmente firmes. Durante estos días (del 16 al 20 de marzo de 2015) se está celebrando en la ciudad de Woodlands en Texas la cuadragésimo sexta Conferencia sobre ciencias planetarias y lunares en la que numerosos investigadores y expertos en la materia están presentando sus trabajos y estudios más innovadores frente a la comunidad científica. Las sesiones se pueden seguir mediante su página web o mediante el hashtag #LPSC2015 en twitter.
Una de las presentaciones que más interés ha levantado, tanto entre los estudiosos presentes como en los medios de comunicación, ha sido la realizada por Jay Melosh, profesor del Departamento de Ciencias atmosféricas y Planetarias quien, junto con su equipo de geólogos e ingenieros de la Universidad de Purdue en Indiana, sostiene que bajo la Luna podrían existir enormes tubos de lava que se extienden durante kilómetros bajo la superficie.
Cráter lunar en las Colinas Marius donde cabría la Casablanca completa - imagen NASA
La idea podría parecer algo exótica si no fuera por dos cuestiones.
La primera es que sabemos poco de lo que hay bajo la polvorienta superficie de la Luna, pero sí podemos afirmar con bastante certeza que hace 3.000 millones de años nuestro satélite atravesó una larga época de vulcanismo que emitió grandes cantidades de lava que llenaron las cuencas de impacto de su superficie y que terminaron formando los mares lunares que cualquiera puede ver a simple vista. La diferencia de colores que todos podemos ver en la Luna no son más que grandes valles rellenos de lava procedente de aquellos remotos tiempos y a los que llamamos “mares”.
La segunda cuestión a tener en cuenta es que tenemos indicios de estos grandes túneles creados por el vulcanismo lunar, gracias a las observaciones realizadas por la Sonda japonesa Selene que en 2009 descubrió posibles tubos de lava verticales en la corteza lunar. El hallazgo fue publicado por los responsables de la Agencia espacial JAXA y la Universidad de Tokio en el journal “Geophysical Research Letters”.
Gran tubo de lava de 65 metros de diámetro captado por SELENE-JAXA
Así pues, y a la luz de estos recientes datos y observaciones, la posibilidad de que la Luna oculte bajo su superficie un gigantesco sistema de túneles y tubos volcánicos no parece tan descabellada. Pero no es esto lo que han presentado los investigadores de la Universidad de Purdue, puesto que su trabajo ha sido más teórico que práctico y se ha centrado en saber si esos posibles túneles de lava bajo la Luna serían estables o se habrían derrumbado con el tiempo.
El equipo del profesor Melosh ha contado con físicos e ingenieros civiles que han centrado su investigación en saber si estos túneles podrían soportar la presión y aguantar de manera estable sin colapsar. Los resultados han sido sorprendentes: Según los cálculos aportados y teniendo en cuenta la gravedad lunar, se estima que los túneles podrían llegar a alcanzar extensiones realmente sorprendentes y aun así mantenerse estructuralmente firmes.
Según afirma David Blair, uno de los autores del estudio, en caso de existir esos túneles volcánicos bajo la superficie lunar podrían alargarse durante varios kilómetros de longitud y soportar anchuras de hasta cinco kilómetros, una extensión suficiente para albergar en su interior una ciudad completa.
A partir de estos datos, la imaginación de los medios ha empezado a volar buscando posibles aplicaciones a estas grandes extensiones bajo tierra podrían ser muy ventajosas para futuras bases lunares humanas con las que se conseguiría un refugio seguro de la radiación cósmica, de las bajas temperaturas y del impacto de meteoritos.
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