Ver moverse a una manada de búfalos americanos (Bison
bison), también conocidos como bisontes, es un espectáculo que puede provocar
cierto miedo. Sobre todo si se dan dos circunstancias más: que no sea una
migración común, y que en la zona haya habido un terremoto recientemente.Con
estos ingredientes, la alarma es más que probable.
Especialmente si tenemos
en cuenta que todo esto está pasando en el Parque
Nacional de Yellowstone, famoso entre otras
cosas por su enorme volcán. La caldera de
Yellowstone es
el volcán – algunos lo denominan incluso “supervolcán” - más grande de toda
Norteamérica, y todavía está activo. A pesar de llevar más de 640.000 años sin
entrar en erupción.
El pasado 30 de marzo hubo un evento sísmico en la zona,
un terremoto de 4,8 grados en la escala Richter que sacudió este Parque
Nacional, el primero en todo el mundo y uno de los más conocidos. Y a partir de
ese momento, los bisontes comenzaron a moverse. Parece que huyen de
algo.
Pero, ¿de qué podrían huir? Algunas personas – entre
ellos, periodistas y bloggers – comentan que el volcán ha entrado en erupción.
Los animales, como suele ocurrir, lo han detectado y ante el inminente peligro,
han decidido abandonar su hábitat y hogar para buscar refugio en lugares
alejados. Todo cuadra: un terremoto pequeño en una zona conflictiva, y una
migración sin explicación.
Porque, además, si la Caldera de Yellowstone entrase en
erupción, el evento tendría consecuencias a nivel global. Debido a su enorme
tamaño, la cantidad de cenizas que expulsaría acabaría con los cultivos de
varios estados a la redonda, y provocaría serios problemas respiratorios a lo
largo de todo el centro del país, conocido como “el Medio Oeste
Americano”.
Las nubes de restos de la explosión volcánica podrían
llegar incluso a estados tan alejados como Texas o California, cubriendo los
cielos de todo Estados Unidos de una densa capa de hollín. La catástrofe sería
descomunal.
Si se fuese a dar, claro está. Porque, en este tipo de
casos, hay que prestar mucha atención a los expertos. El Servicio de Parques
Nacionales de Estados Unidos cuenta con un personal muy bien formado, entre los
mejores del mundo. Y tanto los geólogos como los biólogos y guardas forestales
descartan esta idea.
Los vulcanólogos – geólogos especializados en volcanes –
han explicado que nada hace pensar en una posible erupción. No hay ningún dato
de momento que haga pensar en lo peor. Además, resulta poco probable que los
animales hayan podido detectar un proceso que, cuando se da, resulta imposible
de predecir.
Claro que la mejor explicación es la de los guardas
forestales. En repetidas ocasiones han dicho lo mismo: ni es tan raro, ni tan
difícil de explicar. No es la primera vez que se dan migraciones de estos
animales. La única diferencia es, quizá, el número de individuos y sobre todo la
atención que se le está prestando.
Y el motivo es sencillo. Ha llegado la primavera, y los
animales se han “puesto juguetones”. Las manadas de búfalos son sociedades
matriarcales, comandadas por una única hembra que toma las decisiones. Como esta
“jefa de la manada” ha decidido echar a andar, el resto la siguen a donde quiera
que vaya.
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