Japón desplegará tropas y radares en su isla más occidental, que se encuentra a 108 kilómetros al este de Taiwán, lo que puede extender significativamente la vigilancia japonesa a la parte continental de China.
En un movimiento que amenaza con revertir los recientes signos de un deshielo creciente en las relaciones entre China y Japón, Tokio ha abierto un nuevo puesto de vigilancia militar en Yonaguni, la isla más occidental habitada de Japón, informa Reuters.
En Yonaguni —que tiene una población de alrededor de 1.500 personas y se encuentra a 150 kilómetros al sur de las Senkaku/Diaoyu, las islas en disputa con China— la presencia militar japonesa se ampliará de dos agentes de la Policía a 100 militares y un puesto avanzado de radar.
La base se construirá en 25 hectáreas de tierras arrendadas al Ministerio de Defensa. A cambio, el Gobierno local recibirá alrededor de 15 millones de yenes (150.000 dólares) en concepto de alquiler cada año. La construcción comenzará con la ceremonia de inauguración este sábado, y se espera que esté terminada a finales del año fiscal 2015.
El ministro de Defensa japonés, Itsunori Onodera, dijo en una conferencia de prensa este martes que Japón "está decidido a desplegar una Fuerza Autodefensiva Terrestre (GSDF, por sus siglas en inglés) en la isla de Yonaguni como parte de nuestro esfuerzo para fortalecer la vigilancia de la región suroeste".
Cabe mencionar que el reciente despliegue de tropas niponas en una isla tan cercana a los territorios en disputa tiene el potencial de exacerbar las tensiones ya sustanciales entre China y Japón, ya que su base de radar está mucho más cerca del territorio chino que de las principales islas de Japón, que podría extender la vigilancia japonesa a la parte continental de China y rastrear barcos chinos y aviones que circundan las islas en disputa.
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