Rusia ha criticado este martes las nuevas sanciones que la Unión Europea (UE) le ha impuesto, asegurando que si el bloque trata de estabilizar la situación de Ucrania con tales medidas, todo indica que Bruselas tiene una “mala interpretación” de la crisis ucraniana.
“Si alguien en Bruselas espera estabilizar la situación en Ucrania de este modo, esto es una prueba obvia de una completa mala interpretación de la situación política interna en ese país (…)”, señala la Cancillería rusa mediante un comunicado.
Además, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia ha anunciado que las sanciones aplicadas a los ciudadanos rusos y ucranianos “no pueden sino causar repulsión”. Entre tanto, el vicecanciller ruso, Serguéi Riabkov, dice que Moscú tiene preparada una respuesta para las listas de sanciones occidentales.
La nota agrega que, en vez de que la UE consiga que el gobierno interino de Kiev se siente en la mesa del diálogo con las regiones del sureste de Ucrania para abordar la futura estructura del país, “nuestros socios han emulado a Washington y están llevando a cabo más gestos inamistosos hacia Rusia”.
El departamento que dirige Serguei Lavrov también ha censurado las sanciones impuestas por el Gobierno de Japón, dejando en claro que la medida no quedará sin respuesta.
“Moscú está decepcionado por la decisión de Tokio de introducir sanciones de visado con respecto a un número de ciudadanos rusos, y por supuesto, esto no quedará sin respuesta”, afirmó la Cancillería rusa.
En medio de la creciente brecha entre Occidente y Moscú, debido a la crisis en Ucrania, la Casa Blanca anunció el lunes la incorporación en la lista negra de sanciones de EE.UU. de siete altos cargos rusos y de 17 empresas rusas.
La UE, por su parte, impuso en la misma jornada sanciones contra otros 15 dirigentes rusos y ucranianos. La medida incluye la denegación de visado para acceder a los territorios del bloque europeo y la congelación de sus propiedades.
Un día después, el Gobierno de Tokio dijo haber denegado el visado a 23 ciudadanos rusos, entre ellos funcionarios del Ejecutivo del presidente de Rusia, Vladímir Putin.
Kiev, Washington y sus aliados lanzan acusaciones contra Moscú por su supuesta implicación en los últimos acontecimientos en desarrollo en el este de Ucrania. Rusia, por su parte, rechaza toda intervención en los mismos, además de calificar de “contraproducentes” las sanciones occidentales.
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