Una misteriosa ‘enfermedad fantasma’ y un bebé deformado matado por sus padres: estos son los horripilantes relatos de dos mujeres que vivían cerca del sitio de pruebas nucleares y escaparon del país.

Lee Jeong Hwa, que escapó en 2010, vivía en el condado de Kilju, el mismo donde se encuentra el sitio de pruebas nucleares de Corea del Norte, Punggye-ri.
“Murieron tantas personas que comenzamos a llamarlo ‘enfermedad fantasma’“, indicó Lee. “Pensábamos que estábamos muriendo porque éramos pobres y comíamos mal. Ahora sabemos que fue por la radiación”, agregó.
Rhee Yeong Sil, otra desertora que huyó en 2013, contó que durante años no tenía idea de que Corea del Norte estaba probando dispositivos nucleares en la zona. Rhee afirma que vivía a pocos kilómetros del sitio de prueba Punggye-ri y que un día su vecina dio a luz a un bebé deformado.
“No pudimos determinar el sexo del bebé, porque no tenía genitales“, sostuvo Rhee. “En Corea del Norte, generalmente, matan a los bebés deformados. Así que los padres mataron al bebé”, desveló.
Además, las desertoras relataron historias de truchas que mueren en los arroyos de la montaña y que los preciados hongos de pino desaparecieron hace mucho tiempo del lugar.
La exposición a largo plazo a dosis bajas de radiación puede causar cáncer, según la Organización Mundial de la Salud. Además, este tipo de contaminación puede afectar al funcionamiento de tejidos y órganos, según el nivel de exposición.
Dudas sobre la naturaleza de enfermedades

Todo ello plantea dudas sobre si fue algo distinto a una contaminación radioactiva lo que podría haber impactado el medio ambiente del lugar y hecho enfermar a estas personas. Al respecto de este tema, varios expertos apuntan que, si algún material radiactivo se hubiera filtrado, los potentes sensores en la región lo habrían detectado.
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