Un misterioso objeto pasará más allá de la Tierra en el año 2017 y los científicos no tienen idea de lo que es. El misterioso objeto fue visto por primera vez en 1991 por el astrónomo James Scotti de la Universidad de Arizona y se conoce como 1991 VG.
¿Se trata de una sonda extraterrestre?
El objeto se considera anómalo debido a su extraña rotación y longevidad en el espacio. Entre las teorías propuestas acerca de qué sería 1991 VG , hay quienes sugieren que podría ser una sonda alienígena, basura espacial o incluso un pequeño meteorito. Sin embargo, hasta hoy, los astrónomos no tienen idea lo que realmente es. Algunos expertos han propuesto que 1991 VG, de hecho, sería una sección del cohete del Apolo 12, pero Scotti afirma que los tiempos simplemente no cuadran.
«Buscamos todas las posibilidades de que esto haya sido hecho por el hombre», dijo Scotti a Motherboard. «Hubo unos satélites y partesde cohetes que podrían ser 1991 VG. Pero cuando miramos uno por uno, hemos sido capaces de eliminar a cada una de estas posibilidades».
Los científicos desconocen hasta el momento el origen y que sería el objeto 1991 VG. ¿Una sonda extraterrestre?
Sin embargo, hay quienes creen que el siniestro objeto podría ser parte de un cohete secreto los soviéticos enviaron a la órbita en el pasado, un cohete cuyo origen y propósito seguiría siendo un misterio hasta ahora.
«Los soviéticos tenían cohetes tan poderosos como los cohetes americanos, estuvieron bastante aficionados en su intento de llegar a la Luna», escribió un usuario de Reddit.
«Es plausible que una misión rusa olvidada diera lugar a este objeto».
Cuando el objeto fue descubierto hace más de dos décadas, se estimó que poseía 10 metros de diámetro y pasó muy cerca de la Tierra, a una distancia de aproximadamente de 290.000 millas, alrededor de 50 millas más lejos la distancia entre la Tierra y la Luna.
Esta es la órbita de 1991 VG. Scotti se dio cuenta de que este objeto también había pasado cerca la Tierra en el año 1975.La parte misteriosa de 1991 VG es que mostró un extraño y rápido movimiento de rotación, además su brillo fluctuó con el tiempo. Este comportamiento, en aquel momento, no había sido jamás visto en cualquier asteroide de tamaño similar. Curiosamente, los astrónomos afirman que el objeto tenía también una órbita que es inquietantemente similar a la de nuestro planeta.
¿Un sonda extraterrestre controlada desde la Tierra?
Entre las muchas teorías propuestas, existe la posibilidad de que el misterioso objeto sea, en realidad, una sonda extraterrestre. Según Duncan Steel, un astrónomo en la Universidad de Adelaida en Australia, 1991 VG podría ser realmente una “sonda extraterrestre observada en las cercanías de nuestro planeta”. Sin embargo, en otras entrevistas, Duncan declaró que él no está convencido después de todo, que 1991 VG sea de origen extraterrestre. Esto, sin embargo, no ha detenido a las personas de alrededor del mundo a lanzar infinitas posibilidades de lo que es el objeto misterioso.
El objeto va a pasar más allá de la Tierra en el verano de 2017, y será observable en el hemisferio sur de nuestro planeta. Ya que Scotti ha descubierto una ‘supuesta sonda alienígena’, los astrónomos han aprendido que los asteroides con un diámetro de menos de cien metros tienden a tener rotaciones muy rápidas. Como resultado, Scotti dice que no podemos descartar la posibilidad de que estemos ante una roca del espacio.
«Una posibilidad sería que se trate de material eyectado de un impacto lunar. Otra posibilidad es que la fuerza de Yarkovsky, causada por las emisiones térmicas de un objeto giratorio, sistemáticamente hay empujado el objeto durante mucho tiempo. Esto sigue siendo un rompecabezas», dijo James Scotti en una entrevista con Motherboard.
¿Una sonda alienígena auto-replicante?
¿Qué pasaría si aquel objeto si es de naturaleza extraterrestre? ¿Podríamos identificarlo? ¿O incluso comprenderlo? ¿Qué sucede si el objeto fue hecho con tecnología altamente avanzada? ¿Podríamos contemplarlo como tal?
Según dos matemáticos de la Universidad de Edimburgo, es muy posible que existan sondas alienígenas operando dentro de nuestro sistema solar. Duncan Forgan y Arwen Nicholson sugieren que no podemos descartar la posibilidad de que hayan artefactos extraterrestre dentro de nuestro sistema solar. Los matemáticos utilizan potentes equipos informáticos para realizar predicciones, que no pueden sonar fuera de lugar en una novela de ciencia ficción. Los dos matemáticos analizan la posibilidad de que las sondas puedan viajar por el espacio en un estudio publicado en la revista de Astrobiología.
En su obra, Duncan Forgan y Arwen Nicholson afirman la posibilidad de que muy avanzadas razas alienígenas estén aprovechando el campo gravitatorio de las estrellas para acelerar sus naves espaciales, viajando así “fácilmente” por el espacio. Curiosamente, esta “técnica” no es algo exclusiva de los seres alienígenas altamente avanzados, de hecho, utilizamos esta tecnología para nuestras propias naves espaciales. Por ejemplo, la sondas Voyager están haciendo uso del mismo campo gravitacional de los planetas para ganar velocidad a través del espacio.
Representación artística de 1991 VG. ¿Avanzada tecnología extraterrestre?
Un segundo objeto descubierto
Otro objeto ha sido recientemente descubierto con una órbita que es extremadamente inusual.
Los cometas y asteroides que cruzan la órbita de la Tierra normalmente tienen órbitas excéntricas. El nuevo objeto no, y junto a 1991 VG, tienen unas órbitas similares a la de la Tierra.
Cuando fue descubierto, los astrónomos pensaron que podría ser una nave espacial que se había escapado de la gravedad de la Tierra.
1999 CG9, es considerablemente más brillante que 1991 VG, indicando que es mucho más grande.
Brian Marsden del Harvard-Smithsonian estima que podría tener entre 30 y 50 metros de ancho, por lo que es demasiado grande para ser la última etapa de un cohete.
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