Aunque parezca difícil de creer, estadísticamente, científicos, ingenieros y físicos son más propensos a vaticinar el fin del mundo que las personas religiosas, entre otras cosas porque las razones que pueden usar los hombres de ciencia para anunciar un nuevo apocalipsis son mucho más amplias.
Robots asesinos, meteoritos, asteroides, explosiones solares, agujeros negros, portales a otro mundo o erupciones volcánicas son algunas de las opciones que tienen los científicos para elegir y, cuando están aburridos, no dudan en vaticinar el fin del mundo, ya sea de forma inminente o en un futuro bastante lejano.Pero en esta ocasión, dos eventos astronómicos sucedidos en un corto lapso de tiempo han causado revuelo entre la comunidad religiosa, que ha visto en estos sucesos señales de una pronta vuelta de Jesucristo a la Tierra.
El primer día de septiembre, un ‘anillo de fuego’ se pudo ver en los cielos, causado por un eclipse solar que oscureció a la estrella que nos ilumina.
Por si esto fuera poco, el próximo viernes 30 de septiembre, la espectacular ‘Luna negra’ se posará en los cielos de la Tierra; este evento, en el que la Luna queda ‘atrapada’ bajo la sombra de la Tierra, hará desparecer completamente a nuestro satélite del firmamento.
Estas dos señales han recordado a los más creyentes varios pasajes de la Biblia, más exactamente las historias contadas por los apóstoles sobre el regreso del Redentor.
“Entonces habrá señales en el Sol, en la Luna y en las estrellas, y en la Tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas”, señala Lucas en su evangelio.
Por su parte, Mateo dejó escrito que “tan pronto como hayan pasado aquellos días de sufrimiento, el Sol se oscurecerá, la Luna dejará de dar su luz, las estrellas caerán del cielo y las fuerzas celestiales se tambalearán”.
Marcos también se manifestó en la misma línea que Lucas y Mateo: “pero en aquellos días, después de aquella tribulación, el Sol se oscurecerá, y la Luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las fuerzas que están en los cielos serán conmovidas”.
Por esta razón, cada cierto tiempo se pueden observar dos lunas nuevas en un solo mes, y esa segunda aparición ha recibido el nombre de ‘Luna negra’.
Por supuesto, los científicos, acostumbrados a teorías más espectaculares, han descartado un posible fin del mundo para el próximo viernes, mientras que los religiosos más fervientes están rezando con ahínco para estar preparados. En todo caso, solo sabremos si este nuevo fin del mundo es real o no, una vez pase —o no pase…— el 30 de septiembre.
(Fuente: sputniknews.com)
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