Los osos polares están entre los animales más afectados por los cambios en el hielo marino ártico porque se basan en esta superficie para sus actividades esenciales, como cazar, viajar y la cría.
Un nuevo estudio realizado por investigadores de Universidad de Washington, en Estados Unidos, financiado por la NASA, ha detectado una tendencia a una fusión del hielo marino más pronto en primavera y la formación de hielo más tarde en el otoño en el entorno de 19 poblaciones de osos polares, lo cual puede afectar negativamente a su capacidad de alimentación y reproducción.El documento, que se detalla en un artículo que se publica este miércoles en ‘The Cryosphere’, una revista de la Unión Europea de Geociencias, es, según sus autores, el primero en cuantificar los cambios del hielo marino en las diferentes subpoblaciones de oso polar en toda la región del Ártico utilizando métricas que son especialmente relevantes para la biología del oso polar.
“Este estudio muestra la disminución del hielo marino para todas las subpoblaciones de osos polares –ha afirmado el co-autor Harry Stern, investigador del Centro de Ciencia Polar de la Universidad de Washington– Hemos utilizado la misma métrica a través de todas las subpoblaciones de osos polares en el Ártico para que podamos comparar y contrastar, por ejemplo, la región de la Bahía de Hudson con la región de la bahía de Baffin, utilizando la misma métrica”.
El análisis muestra que el momento crítico de la fusión del hielo marino y la congelación del hielo marino están cambiando en todas las áreas en una dirección que es perjudicial para los osos polares. Un total de 19 poblaciones de osos polares viven separadas en todo el Ártico, pasando sus inviernos y primaveras de manera itinerante en el hielo marino y cazando.
Los osos se han desarrollado principalmente para comer focas, las cuales les proporcionan las grasas y los nutrientes necesarios en el duro entorno ártico. Pero estos animales no pueden nadar más rápido que sus presas, así que en su lugar se posan sobre el hielo marino como si fuera una plataforma y les tienden emboscadas a las focas a través de los orificios de respiración o rompiendo el hielo para acceder a sus madrigueras.
“El hielo marino es realmente su plataforma de vida –ha indicado la coautora Kristin Laidre, también investigadora en el Centro de Ciencia Polar– Los osos polares son capaces de vivir en la tierra durante una parte del año, pero en el hielo marino es donde obtienen su principal presa”, detalla esta experta.
El nuevo estudio se basa en 35 años de datos de satélite que muestran la concentración de hielo marino diaria en el Ártico. A través de las 19 poblaciones de osos polares, los autores encontraron que el número total de días cubiertos de hielo se redujo a un ritmo de entre siete a 19 días por década entre 1979 y 2014. La concentración de hielo marino durante los meses de verano, una medida importante porque el verano es cuando algunas subpoblaciones se ven obligadas a ayunar en tierra, también disminuyó en todas las regiones, entre el 1 y el 9 por ciento por década.
El resultado más sorprendente, según los investigadores, es la tendencia constante en todas las regiones del oso polar hacia un deshielo de primavera antes y una congelación tardía durante el otoño. La fusión del hielo marino del Ártico se produce en primavera a medida que reaparece la luz del día y las temperaturas se vuelven más cálidas. En los meses de otoño, se vuelven a acumular las capas de hielo de nuevo a medida que la temperatura baja.
“Estas transiciones entre la primavera y el otoño limitan el periodo en el que hay un buen hábitat de hielo para que los osos se alimenten –ha apuntado Laidre– Estos periodos también están vinculados a la temporada de reproducción, cuando los osos encuentran compañeras y cuando las hembras salen de sus madrigueras de maternidad con cachorros muy pequeños y no han comido durante meses”.
Los investigadores encontraron que, en promedio, de fusión durante la primavera fue de tres a nueve días antes por década y la congelación en otoño se produjo entre tres y nueve días más tarde por década. Eso corresponde a un cambio más o menos de tres semanas y media en ambas estaciones y una pérdida total del buen hábitat de hielo marino para los osos de siete semanas en los 35 años de datos del hielo ártico.
“Creemos que, si las tendencias actuales continúan, en comparación con la actualidad, los osos polares experimentarán entre otras seis a siete semanas de periodos libres de hielo a mediados de siglo”, alerta Stern, apuntando que la tendencia parece ser lineal y no está acelerando o estabilizándose.
Los investigadores planean actualizar anualmente sus resultados a medida que dispongan de nuevos datos sobre la cobertura de hielo. Los resultados del trabajo son actualmente utilizados por el grupo de especialistas en el oso polar de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, que evalúa a los osos polares y emite el estado de conservación de la especie.
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